El presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, dedicó, en su primer discurso del Día de Extremadura, menciones especiales al esfuerzo solidario de la región con el Tercer Mundo, que se comprometió a incrementar hasta el 0,7% del presupuesto no finalista, y a la necesidad de que los jóvenes se impliquen en política "porque lo que no hagáis vosotros otros lo harán por vosotros, pero a su manera".

Asimismo, mostró su intención de que la reforma del Estatuto de Autonomía se convierta "en un nuevo pacto entre extremeños y también un pacto entre Extremadura y España" y dedicó unas palabras de reconocimiento a las extremeñas, reclamando a la sociedad que haga lo necesaria "para que definitivamente haber nacido mujer no signifique un mayor esfuerzo".

Antes de esta intervención, el alcalde de Mérida, Angel Calle, en su discurso de bienvenida resaltó que "Mérida es una ciudad abierta y será referente de colaboración con las y administraciones". El edil emeritense destacó que su objetivo es que la capital sea además "la segunda ciudad de todos los extremeños". Para ello, aseguró que la ciudad se pondrá al servicio de Extremadura, "y en esa línea propongo la creación de una red de apoyo a la candidatura de Cáceres como capital europea de la cultura".

A continuación, Fernández Vara, tras felicitar a los galardonados con la Medalla de Extremadura y dedicar un recuerdo a los artistas Angel Duarte y Rafael Ortega, recientemente fallecidos, aseveró que "Extremadura es la consecuencia del trabajo de todos", para añadir que en la región "somos expertos en hablar poco y trabajar mucho".

El presidente extremeño recordó que en febrero se cumplen los 25 años del Estatuto de Autonomía, fecha que invitó a celebrar "por todo lo alto", lo que a su juicio se traduciría "no en gastar mucho, sino en sentir mucho", y en afrontar esta celebración "de la mejor manera, es decir, juntos". Tras un reconocimiento a su predecesor, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, anunció que pedirá a la Asamblea la Medalla de Extremadura para una representación de los que hicieron posible la historia autonómica, y propuso que esta lista la encabece la reina Sofía.

Por otro lado, calificó de "paradójico" que comunidades autónomas que han gozado de amplísimos niveles de autonomía "sigan responsabilizando al conjunto de todos sus males".

En alusión a Cataluña, recordó "a quienes culpan al Estado cuando se les va la luz, que a nosotros se nos fue algo mucho más importante que los vatios, se nos fueron las personas buscando algo de luz en sus vidas". Ironizó con que "estaríamos encantados de haber padecido este verano retrasos en unos trenes de cercanías que no tenemos".

Por lo que se refiere a la reforma estatutaria, afirmó que el texto extremeño "debe ser indiscutiblemente constitucional", concebido como un pacto entre extremeños, con España, con Portugal, Europa y el mundo. En este punto, recordó que los derechos a la educación, la salud y la atención de los mayores y dependientes "no los tenemos por ser extremeños, sino por ser españoles", lo que obliga al Gobierno central a garantizar la suficiencia, la equidad y la cohesión.

CACERES 2016 Vara también tuvo una alusión a los jóvenes, a quienes señaló como encargados de custodiar la identidad de Extremadura en el futuro y les invitó a participar en la política para ayudar a construir la región. Ese desafío lo trasladó además a toda la sociedad extremeña, para que intente cosas aunque se equivoque. Ya en la parte final de su intervención, el presidente extremeño quiso hablar de las extremeñas, citando el día a día de 18 mujeres, entre ellas las seis consejeras de su gobierno, y de las que dijo que "todas son mujeres que luchan cada día en un mundo que camina hacia la igualdad, pero al que le queda mucho por recorrer". Por ello, reclamó más esfuerzo para conseguir la igualdad real.

Seguidamente, demandó que los extremeños "huyan de localismos" y "se sientan cerca". En este sentido, comentó que el proyecto Cáceres 2016 "es una buena oportunidad de demostrarlo". La última alusión de Vara fue a las consecuencias del terremoto sufrido por Perú, donde, señaló, se unieron las escalas de Richter "y otra menos famosa, la escala de la pobreza y la miseria". Esto justificaría un mayor esfuerzo en cooperación, y el compromiso de todos con la solidaridad "porque lo que nos hará más grande será nuestra capacidad de compartir".