El presidente de la Junta de Extremadura consideró ayer que el rechazo de padres de alumnos a que haya crucifijos en las aulas "es un tema que no debería llegar a los tribunales", porque "cuando se produce un problema en la escuela, hay que hablar en el seno de ella. Guillermo Fernández Vara se mostró partidario de "hablar mucho" y "en la escuela" por que el asunto "no se resuelve tirándonos crucifijos a la cabeza". No obstante, entiende que, "si después de hablarlo" hay padres que no quieren que haya símbolos religiosos en las clases de sus hijos, "tienen el respaldo de la Constitución".

Vara abogó por conjugar las "dos realidades" que se viven en España, país que se constituye como "estado aconfesional", pero en el que al mismo tiempo el "80% de la población se compone de ciudadanos que se consideran cristianos", ya sean "católicos practicantes, poco practicantes o nada practicantes".

Sobre el caso del colegio Ortega y Gasset de Almendralejo, el jefe del Ejecutivo extremeño, sostiene que no se pueden "generalizar" estos asuntos ni elevarlos "a un debate que no existe" en la sociedad. "En el 99% de los sitios no hay problema", sentenció el presidente extremeño en una entrevista en el informativo matinal de Tele 5 recogida por Europa Press.

Insistió en que la Junta seguirá haciendo lo que dijo "desde un principio", lo cual consiste en "que se hable en la escuela", entre los padres y la dirección del centro, para buscar soluciones, aunque teniendo en cuenta que una familia pude hacer "uso de su derecho constitucional".

Al respecto, recordó que cuando fue consejero de Sanidad unas personas se quejaron ante él de que un director tenía puesto un crucifijo en su despacho. Entonces habló con él y le dijo: "Llévatelo tú a tu casa o me lo llevo yo a la mía". AGENCIAS