La reforma de las pensiones elaborada por el Gobierno, que conlleva el retraso de la edad de jubilación hasta los 67 años, debe tener en cuenta que "no todos los trabajos son iguales", según manifestó ayer en el Parlamento extremeño el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, que apuesta porque el sistema de pensiones sea "viable", y que la reforma sea "pactada y dialogada", y se haga "de manera flexible", y "que una persona se pueda jubilar a los 65 años si quiere"; insistió a preguntas del líder del PP extremeño, José Antonio Monago. A su juicio, esa reforma es necesaria pensando "en las pensiones de veinte o veinticinco años", cuando haya "quince millones de pensionistas en lugar de siete, como ahora", sabiendo que "se va a vivir veinticinco años después de jubilarse".

Sin embargo, para Monago, "las prejubilaciones están sentenciadas" y subir la edad de jubilación "es un recorte social". Lo que hace el Gobierno, señaló, es "una improvisación tras otra improvisación" en esta materia.