¿Y si los resultados del domingo se repitieran en las próximas elecciones, las autonómicas del 2011? La respuesta es que poco cambiaría, al menos en la hegemonía de escaños en la Asamblea.

Partiendo de la base de que no son equiparables unos comicios regionales, con unos nacionales o con unos europeos --porque los partidos que se presentan, el perfil de los candidatos, las funciones para los que son elegidos, las motivaciones del electorado y la participación son muy diferentes--, la conclusión en clave regional es que el PSOE seguiría al frente de la Junta y de la cámara autonómica. Sin embargo, la ventaja sobre la oposición se vería recortada de forma considerable. Si en las autonómicas del 2007 Guillermo Fernández Vara se impuso con el 53,6% de los votos --frente al 39,1% del PP--, en estos momentos solo obtendría el 48,4%, frente al 44,1% de los populares, según los resultados del pasado domingo.

Es decir, en apenas dos años el PP ha logrado reducir a la mitad la distancia que los separa de los socialistas; una tendencia que ya se pudo atisbar en los comicios nacionales del 2008 --entonces el apoyo al PSOE bajó al 52% y el del PP se elevó hasta el 41%-- y que se confirma ahora.

Tres escaños menos

Todo esto quedaría reflejado en la Asamblea a través de un nuevo reparto de escaños. En este hipotético escenario el PSOE mantendría la mayoría absoluta, pero podría perder entre tres y cuatro diputados --actualmente tiene 38--, los mismos que podrían sumar los populares --ahora poseen 27--. Quienes seguirían sin representación en la cámara son IU, que sigue perdiendo porcentaje de votos a nivel regional, y UPyD, el partido de Rosa Díez, que dobla su electorado pero aún está lejos del 5% necesario para ocupar un lugar en la cámara autonómica.

A nivel municipal, con esta evolución, la composición de los ayuntamientos de Cáceres, Almendralejo, Villanueva de la Serena y Plasencia podrían sufrir un vuelco y cambiar de gobierno.