Nacionalización de la banca. Esa idea, que en otros tiempos era una de las banderas de los partidos que se situaban a la izquierda de la socialdemocracia, fue lanzada ayer por el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, como receta a la crisis financiera que ahoga a miles de empresas y de familias. Y lo hizo, además, en un escenario en el que la palabra nacionalización suena poco menos que a anatema: el madrileño Hotel Ritz, tras participar en el Foro de la Nueva Economía, que está auspiciado por una de las ´biblias´ de la ortodoxia capitalista: el diario The Wall Street Journal, y después de hablar de Extremadura y, cómo no, de la crisis económica ante más de 600 personas, entre ellas ministros, banqueros, empresarios de las más grandes corporaciones españolas.

Es cierto: la palabra "nacionalización" no la pronunció el presidente extremeño desde la tribuna y ante ese selecto auditorio, sino con posterioridad, a preguntas de los periodistas; tampoco en esa ocasión fue radical: dijo que la medida sería aplicada a "algún banco" y "temporalmente", mientras dura la crisis. Y, además, siempre y cuando los bancos se mostraran incapaz de hacer lo que ahora mismo es una necesidad para miles de empresas y familias: que presten el dinero. Sin embargo, con todos esos matices, es la primera vez que un responsable político lanza la idea del cambio de la propiedad de los bancos para hacer frente a la coyuntura.

PARALISIS Desde la tribuna Fernández Vara se quedó un paso por detrás: dijo que en esta situación de marasmo, de "parálisis" --utilizó el mismo término que el presidente del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez--, en el que miles de empresas, solventes y con futuro, están pendientes de créditos, había que exigirle a los bancos "que sean sinceros". "El sistema financiero español, dijo, nos debe a los ciudadanos claridad. No lo digo como un reproche, porque no es tiempo de reproches sino de unidad entre todos, pero si no puede dar créditos tiene que decírnoslo, porque pudiera ser que las administraciones están inyectando dinero al sistema financiero para que llegue a los ciudadanos y a las empresas y el dinero no acabe llegando".

Ese "tiempo de unidad entre todos" fue definido por el presidente extremeño como el de la ´acción concertada´, en la cual a la banca le tocaría hacer que fluya el dinero y a los políticos, "más que nunca, hacer que los servicios públicos funcionen bien, porque es nuestra manera de transmitir a la gente seguridad en el sistema".