Los peores augurios se hicieron realidad en Extremadura, uno de los principales feudos del PSOE, en el que ayer se impuso de forma clara el PP. El actual presidente, Guillermo Fernández Vara, se dejó ocho diputados respecto a las anteriores elecciones, las del 2007, y fue superado por los conservadores, que ganaron cinco. Sin embargo, la irrupción en el parlamento regional de Izquierda Unida, con tres representantes, permitirá a Fernández Vara seguir gobernando, siempre y cuando suscriba un pacto.