Cuba sigue inmersa en las labores de rescate y la investigación sobre el accidente aéreo en el que murieron los 68 ocupantes del avión comercial que se estrelló en la provincia central de Sancti Spíritus cuando cubría la ruta Santiago de Cuba-La Habana. Durante toda el día, servicios de emergencias, autoridades locales y vecinos de la zona participaron en las labores de rescate, a las que se sumó un equipo de expertos en criminalística para determinar las causas del siniestro. El Instituto de Aeronáutica Civil cubano ha creado una comisión para investigar el accidente. Sin embargo, hasta el momento las autoridades de la isla no han aportado indicio alguno sobre los motivos por los que se estrelló el avión comercial ATR-72 de Aerocaribbean. Tampoco han precisado con exactitud el número de efectivos que trabajan todavía en la zona.

Vecinos del poblado de Guasimal, ubicado a unos cinco kilómetros del lugar del siniestro, vieron cómo el avió volaba bajo e intentaba maniobrar haciendo movimientos bruscos antes de estrellarse en un paraje rural con mucha vegetación, explicó a periodistas un habitante de la zona. "Venía bajito, maniobrando", dijo Miguel García, mensajero de 69 años, quien agregó que muchos vecinos de Guasimal se asustaron al ver el bajo vuelo de la aeronave, salieron de sus casas y poco después sintieron una explosión.

Hermes López, un chófer militar, declaró que a primeras horas de la noche hubo que trabajar con equipos de desbroce para poder facilitar el acceso hasta los restos del avión, que al parecer explotó al chocar contra el suelo.

Un helicóptero sobrevoló ayer la zona en un par de ocasiones llevó al lugar camiones refrigerados, una veintena de soldados, un camión cisterna y vehículos de Cruz Roja, entre otros.

El grupo europeo ATR que fabricó el avión, ha puesto a disposición un equipo de especialistas para la investigación del siniestro que podría desplazarse a la isla caribeña si se le solicitara. Los especialistas están a disposición del organismo francés encargado de la investigación de accidentes aéreos, el BEA, al que las autoridades cubanas podrían solicitar que acudieran para trabajar sobre el terreno, indicó un portavoz de ATR. Sobre las causas del siniestro del avión de Aero Caribbean, afirmó que "es extremadamente prematuro" pronunciarse, y que como suele ser habitual en estos casos, es muy probable que haya que esperar meses hasta que se conozcan las causas. Se limitó a recordar que cuando el aparato se estrelló en la provincia central de Sancti Spiritus, la región se estaba viendo sacudida por el huracán Tomas , y que el IACC decidió ante ese fenómeno extremo la suspensión de los vuelos.

El aparato siniestrado, un turbohélices ATR 72-212 con capacidad para entre 68 a 74 pasajeros, llevaba el número de serie 459, había salido de fábrica en noviembre de 1995 y desde entonces acumulaba cerca de 25.000 horas de vuelo en más de 34.500 vuelos. El portavoz de ATR --filial a partes iguales del grupo europeo EADS y del italiano Finmeccanica-- señaló que no se trataba de una aeronave vieja, teniendo en cuenta que actualmente siguen operando algunos de sus primeros aviones, fabricados hace un cuarto de siglo y con unas 80.000 horas de vuelo.

También señaló que el malogrado vuelo Santiago-La Habana es el primer ATR de Aerocaribbean que ha sufrido un accidente, aunque no el primer avión siniestrado de la compañía. A lo largo de su historia ha habido una decena de aeronaves del fabricante europeo de turbohélices que han sufrido accidentes mortales, lo que hay que poner en relación con los 20 millones de vuelos que han realizado.