Viajar en autobús es barato, pero ir andando es gratis. Este argumento, sumado a la crisis económica que ya nadie discute, parece estar detrás de la pérdida de casi 221.000 viajeros que experimentaron los autobuses urbanos extremeños el año pasado con respecto al anterior. Y es que a pesar de ser un medio de transporte en principio más económico que el coche que, por tanto, podría revalorizarse en tiempos de crisis, los extremeños no parecen estar decantándose por esta opción.

La situación resulta aún más preocupante si se tiene en cuenta que Extremadura sumó en el 2008 su tercera disminución anual consecutiva en la cifra de usuarios de este tipo de transporte público. Así lo reflejan los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) --que además en su avance del mes de enero sitúa a la extremeña como la región que registra la mayor caída porcentual de viajeros-- y lo constatan los responsables de las empresas que gestionan las líneas de autobuses urbanos en la región.

Uno de ellos es el gerente de Tubasa, la compañía que presta el servicio de transporte urbano en Badajoz, que asegura que es una situación que se está dando en todo el país y que en el caso de la capital pacense se traduce en la pérdida de unos 50.000 viajeros en el mes de enero (lo que supone en torno al 10%, ya que unas 450.000 personas utilizan, de media, el autobús en esta ciudad al mes). De hecho, el año pasado el uso de este medio de transporte ya cayó un 3,19% en Badajoz (ver EL PERIODICO del 2 de marzo).

Igualmente, la capital cacereña registró el año pasado una caída similar en la cifra de usuarios del autobús urbano, como también ha publicado ya este diario (ver 8 de febrero) y confirma el gerente de Busursa, Estebán de Miguel. Según explica, la reducción se comenzó a apreciar en los últimos meses del 2008 y se mantiene en enero y febrero. Por ello, de Miguel estima que "posiblemente hay que vincularlo a la situación económica; si hay gente con problemas, se refleja a todos los niveles", afirma apuntando que "nosotros no tenemos marcas blancas cuya venta pueda aumentar". En este sentido, recuerda que el precio del billete (0,75 euros) no se encarece en Cáceres desde hace cuatro años, por lo que considera que "ya más no se puede hacer".

Es la sensación que comparte Rufino Vázquez, gerente de la Cooperativa Los Arcos, que gestiona las líneas de autobús urbano de Plasencia y que cifra la caída en torno a los 40.000 o 50.000 viajeros al mes. Asegura que, por ejemplo, son muchas las bajas de estudiantes que se están registrando en los últimos meses, como demuestra el aspecto del autobús a primera hora que, de tenerlo, habría descolgado el cartel de "lleno" que en otros tiempos podría haber mostrado.

EXCEPCIONES Esta situación se repite en el resto de ciudades extremeñas con servicio de autobús, salvo Almendralejo --que mantiene, según Manuel Nogales, gerente de la empresa que presta el servicio-- y Mérida, donde la cifra de viajeros sube en enero un 3,3%, pasando de los 116.000 viajeros contabilizados durante ese mes el año pasado a los 120.000 viajeros. El propio gerente de la Empresa Municipal de Transportes de Mérida, José María Ceballos, se muestra un tanto sorprendido por estos datos al reconocer que "todos los sectores se están viendo afectados por la crisis", así como que "al aumentar el paro, la gente tiende a moverse menos", pero vincula el incremento a la eficacia del servicio --sobre todo, por las dificultades para aparcar que a su juicio presenta Mérida-- y a la habilitación de la gratuidad para personas mayores y con discapacidad.

En el caso de Almendralejo, Nogales afirma que, de momento, no está apreciando diferencias en el uso del autobús urbano en Almendralejo con respecto a otras épocas. Según detalla, sí que ha experimentado un descenso en la cifra de viajeros en los pasados meses de diciembre y enero, pero matiza que "ocurre todos los años, quizá por los fiestas". De este modo, estima que la cifra de 2.500 viajeros mensuales que, de media, registra el autobús almendralejense, puede haber caído un 15% últimamente, pero no le preocupa por ser un fenómeno que registra periódicamente, "después se recupera", asegura.

En cambio, la línea circular que recorre Don Benito, así como la que une esta localidad con la vecina Villanueva de la Serena --que, pese a ser interurbana, comparte las características de un trayecto urbano-- sí está padeciendo los efectos de la crisis. José Olivares, coordinador de rutas de Pormasa --la empresa que presta el servicio en esta ciudad-- constata la caída en la cifra de viajeros y, aunque no la cuantifica, la relaciona con la crisis porque "se nota menos movimiento de trabajadores, de gente que iba a hacer la compra...", si bien otros sectores (visitas al hospital, trabajadores fijos del mismo...) se mantienen.

En Villanueva de la Serena, en cambio, no se puede hacer comparativas porque el autobús urbano se puso en marcha el año pasado, si bien el gerente de la empresa que lo gestiona, Pedro Montero (Autocares Montero), asegura que "vamos creciendo, aunque despacio". Lo que no sabe es si la lentitud en el arranque se debe a la falta de costumbre o la crisis, pero reconoce que probablemente influya, "porque influye en todo".