La visita de las autoridades españolas y portuguesas a la región se organizó en torno a la prueba de carga del viaducto construido para salvar el desnivel del río Alcazaba, dentro del tramo Montijo-Badajoz de la línea de la Línea de Alta Velocidad entre Madrid y Lisboa. Está construido con hormigón y acero, y compuesto por cuatro vanos para un total de 130 metros de longitud. Esta infraestructura soporta dos vías de ferrocarril de ancho internacional sobre balasto, con una anchura total de 14 metros.

La prueba de carga realizada ayer consiste en un conjunto de operaciones de control imprescindibles antes de su apertura al tráfico con el fin de comprobar su fiabilidad. El examen se divide en dos fases, una estática y otra dinámica. La primera es la que tuvo lugar ayer, que consistió en colocar 12 camiones con 40 toneladas de carga cada uno sobre el viaducto. La dinámica se realizará una vez instaladas las vías, y entonces los camiones se sustituirán por vagones, también cargados, y en movimiento.