Villanueva de la Serena intentaba despertar ayer del mal sueño en el que entraban a última hora de la tarde del miércoles, cuando se confirmaba la noticia de que dos de los tres fallecidos en el trágico accidente del autobús de la línea regular Cáceres-Villanueva-Don Benito, eran villanovenses. Ayer se vivió uno de los días más duros que se recuerdan, cuando familiares, amigos y vecinos despedían a Cristina Diestro García y Susana Emilia Alarcón Rayego en dos sepelios que se celebraban con media hora de diferencia. Mientras, a las siete, Madrigalejo despedía también a Antonio Moreno en la iglesia de San Juan. Era la tercera víctima mortal.

Cristina recibía el último adiós a las seis de la tarde en la parroquia de San Francisco, en un sepelio oficiado por el párroco José María Franco. El pequeño templo estaba abarrotado y muchos esperaban fuera. La desgracia había azotado al barrio del Pilar donde residían ambas jóvenes. Sus vecinos, en una triste y trágica procesión a la que se sumaron la corporación municipal y el director general de Juventud, enfilaban las calles San Francisco y Ramón y Cajal hasta la iglesia de la Asunción, adonde el féretro de Susana llegaba media hora después para recibir sepelio, oficiado por el párroco Nicomedes Silos. A pesar de las grandes dimensiones de la parroquia, una multitud tuvo que esperar a las puertas del templo, completamente lleno.

TRES VIDAS SESGADAS A Susana, de 21 años la muerte le arrancó muchas ilusiones y esperanzas, las que tenía puesta en las oposiciones de Primaria a las que se había presentado. Volvía a Villanueva después de leer su examen y era la mayor de 8 hermanos; pertenecía a una conocida familia y el próximo 2 de julio hubiera cumplido 22 años.

Cristina Diestro García tenía 24 años, estudiaba Derecho en Cáceres y regresaba a casa. Tenía una hermana gemela que también estaba en Cáceres. En principio iba a viajar juntas en el autobús siniestrado, pero en el último momento optó por viajar en el coche de unos amigos, y salvó la vida.

Venía de una revisión médica cuando Antonio Moreno, de Madrigalejo, perdió la vida. Su alcalde, Tomás Durán, destacaba de él que era un excelente vecino y un gran compañero. Había trabajado en una finca en el término municipal de Madrigalejo, estaba casado, tenia dos hijas y varios nietos. En su recuerdo, los portavoces de los grupos políticos de la corporación municipal decidieron en una reunión celebrada ayer por la tarde decretar hoy día de luto oficial.

DIA DE LUTO Los Ayuntamientos de Villanueva de la Serena y Madrigalejo han decretado un día de luto oficial. En el primer caso comenzó a las doce del mediodía de ayer y finalizará a la misma hora de hoy. Lo anunció el alcalde, Miguel Angel Gallardo, que interrumpió su permiso por su reciente paternidad para asistir al pleno ordinario convocado. Leyó una declaración institucional consensuada entre el gobierno socialista y el grupo principal popular en el que decían "mostrar el más sentido pésame de la corporación por el fallecimiento de las dos vóvenes vecinas de nuestra localidad, haciéndolo extensivo a sus familiares y amigos y declarando el día de hoy de luto oficial". Fue en un salón de plenos, repleto de trabajadores municipales y vecinos que rompieron en aplausos tras las palabras de aliento que expresaban el sentir de la ciudad. Después, se silenciaron para guardar dos minutos de silencio.

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