Y llueve sobre mojado: Granada, Ponferrada, Alicante, Zaragoza... La frecuencia asusta, da vértigo pensar que conductas tan anómalas lleguen a hacerse tan cotidianas que terminen por insensibilizarnos.

¿Qué está pasando? ¿Qué nos está pasando? Hay múltiples causas: crisis de valores, dificultad de las familias para poner límites, normativas obsoletas, figura docente devaluada, bla, bla, bla... Urge pasar de las palabras a los hechos. La sociedad entera tiene que reaccionar. No puede contemplar impávida el deterioro de la enseñanza pública. Siempre habrá una minoría que pueda pagarse la enseñanza a la carta, pero uno de los rasgos de las sociedades progresistas es que protegen y miman la calidad de la enseñanza pública, por ser ésta la única a la que todos tienen acceso.

Cada palo que aguante su vela. La familia debe asumir la tarea de educar. Las instituciones de enseñanza, además, la de impartir conocimiento en su acepción más humanista: formar mujeres y hombres de espíritus libres y conciencia crítica que ayuden a interpretar un mundo cada vez más complejo y cambiante. Los poderes públicos, la de proporcionar recursos para que así ocurra, entre ellos un seguimiento del cumplimiento de las leyes. Las leyes no deben servir para decorar el escenario de los que nos gobiernan, sino para servir al ciudadano aun a pesar del ciudadano mismo.

El derecho de la mayoría a aprender debe estar garantizado frente a una minoría que distorsiona el funcionamiento del aula.

Por todos aquellos que, en el ejercicio de la profesión de enseñar, están pasando momentos difíciles, queremos levantar hoy nuestras voces, no por anónimas menos rotundas, y exigir medidas que erradiquen la violencia de nuestras aulas.

También por ellos, por nuestros alumnos, para poder seguir percibiendo, al mirarlos, la belleza de un potencial inmenso de posibilidades (también en aquellos que nos presentan problemas) y no un peligro en ciernes. Se lo debemos. El futuro de una sociedad está en sus jóvenes. ¿O no?

Y 21 firmas más de maestrosdel CP Francisco Giner de los Ríos de Mérida