Cordialidad puede ser la palabra que mejor defina la visita que realizó ayer la Reina Doña Sofía a Olivenza para inaugurar unas jornadas sobre discapacidad, materia en la que goza del reconocimiento de la sociedad. Cordialidad, para empezar, de los oliventinos: varios cientos de vecinos, muchos de ellos niños de los colegios Sagrado Corazón y Francisco Ortiz con sus banderitas, aguardaron casi dos horas a pesar del frío y la niebla. Cordialidad de Doña Sofía --vestía traje de chaqueta en tono berenjena y un chal que se le cayó al bajar del coche y recogió presto Caldera--, que atendió a quienes la esperaban en el exterior del convento de San Juan de Dios.

También por parte de Ibarra en su reconocimiento institucional y humano a la labor de Doña Sofía; por su acercamiento a los vecinos de Olivenza, con los que charló largo rato mientras esperaba la llegada del coche Real. También por parte de Jesús Caldera, que atendió los requerimientos de un grupo de mujeres que no dejaron de piropearlo; una de ellas, La hija de Flete , le pidió trabajo y él se ofreció a implantar un plan de empleo local. O del consejero de Sanidad, Guillermo Fernández Vara, que jugaba en casa; la delegada del Gobierno, Carmen Pereira, que apenas pudo con el frío.

Olivenza se vistió de gala para recibir a la segunda Reina que les visita desde que pasó por el pueblo "Isabel II e hizo un ruego al Cristo de los Pasos" --patrón del pueblo--. Este se lo concedió "y en agradecimiento mandó un manto que vestía ayer, y una lámpara", explicó a este diario Obdulia Ferrera, muy emocionada. Esa versión ofreció también Ramón Rocha, cuando explicó que le regaló "un broche de oro con la imagen de Puente Ajuda". Añadió que la visita de Isabel II "fue de incógnito".

Rocha reconoció que partió de él la invitación, pero que la reina ya tenía información de la existencia de la iglesia y la historia de Isabel II, así como de una visita privada que realizó Don Juan de Borbón en el año 1971, y que también visitó la iglesia, una joya de la arquitectura religiosa de Olivenza.

Tras salir del convento de San Juan de Dios, la Reina anduvo todo el perímetro de la plaza donde la esperaban y saludó antes de subir al coche que la llevaría hasta La Magdalena. Una vez allí, numerosas personas se congregaron de nuevo para despedirla. Rocha, con Ibarra, Fernández Vara y otros invitados acompañaron a Doña Sofía, quien en el interior de la iglesia recibió las explicaciones de un guía turístico y se paró ante el Cristo de los Pasos. Al salir de nuevo, se paró con una mujer que llevaba a un bebé en su carrito y se interesó por éste. Al fondo le gritaban: "guapa" y "elegante" algunas mujeres; otras afirmaban sorprendidas que "ha roto el protocolo, muy bien, tiene que estar con el pueblo".

Doña Sofía llegó en avión a la base de Talavera, y llegó a Olivenza en coche a las 11.47 horas, con retraso debido a la niebla. También el regreso se retardó media hora, tras saltarse el protocolo y acudir a la iglesia de la Magdalena, desde donde partió rumbo a la base aérea pasadas las 13.30 horas.