A dos meses de las autonómicas del 17 de abril y con un fuerte temporal de frío y nieve, los ciudadanos vascos optaron mayoritariamente (un 61,26%) por quedarse en casa. Entre los que acudieron a votar, el porcentaje de rechazo a la Constitución (33,66%) prácticamente dobló el del resto de España.

El alto porcentaje obtenido por el no en Euskadi reflejó una fidelidad activa de los votantes de fuerzas presentes en el Gobierno vasco, como Eusko Alkartasuna (EA) y Ezker Batua, y de Batasuna, que han coincidido en su rechazo con los sindicatos mayoritarios, los nacionalistas de ELA y LAB.

La influencia del mayoritario PNV, el PSE y el PP como fuerzas defensoras del no fue suficiente para arrastrar a ese 77% del electorado al que ahora representan en la Cámara vasca. El 62,61% de votos favorables quedó lejos de esa cifra.

El rechazo tuvo incluso reflejo territorial: en Guipúzcoa, donde más presencia electoral tienen Batasuna y EA, el no alcanzó el 40,77%, su mejor resultado en toda España. El presidente del PNV, Josu Jon Imaz, destacó sin embargo, la "victoria clara del " en Euskadi y subrayó que los vascos habían "apostado" por el proyecto europeo. Además de recordar que su partido ha sido el único en Euskadi que ha repartido por los buzones papeletas del sí, Imaz reconoció que todos deben incrementar a partir de ahora la "pedagogía activa" a favor del proyecto europeo.

Las cifras de participación, por debajo de la media de España, no tuvieron una interpretación unánime. Los partidarios del no llegaron a hablar de " fracaso" de José Luis Rodríguez Zapatero, como lo hizo la presidenta de EA, Begoña Errazti. El portavoz del PSE, Rodolfo Ares, culpó a la "climatología" de la baja participación. El dirigente de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, arremetió contra el PNV por haberse alineado con el sí.