Su retirada se había dado tan por supuesta que el discurso tuvo algo de dejà vu . Lo de menos era el contenido. Lo importante era el momento elegido para hacerlo oficial, y José Luis Rodríguez Zapatero eligió el día de ayer, a siete semanas de las autonómicas y municipales del 22 de mayo. Por un lado, dio la razón a los dirigentes territoriales que le presionaban para que lo dijese ya. Por otro, su emocionada defensa de las primarias, que se celebrarán tras los comicios, fue una relevante toma de distancia respecto a esos mismos barones, que pretendían salir del Comité Federal no solo con Zapatero fuera de la partida, sino también con el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba proclamado como sucesor. Y hubo un tercer elemento, dirigido a aquellos que le aconsejaron que si lo anunciaba ahora se convertiría en un jefe del Ejecutivo interino.

"Soy presidente del Gobierno, soy el secretario general del PSOE y voy a ejercer", dijo durante su contestación a los 29 dirigentes que tomaron la palabra después de que Zapatero entonara el "no voy a ser candidato en las próximas generales". Antes, en su intervención inicial, se había detenido en la misma idea. "Voy a ejercer mi responsabilidad como presidente hasta el final de la legislatura --señaló--. Hasta el último día".

PARTIDO, PAIS Y FAMILIA El discurso tuvo tres partes. Una primera, sin apenas novedades, en la que justificó sus impopulares reformas. Otra en la que detalló la importancia de las elecciones de mayo, en las que los socialistas pueden perder Castilla-La Mancha, Aragón, Sevilla y Barcelona sin recuperar ningún territorio al PP. Y una tercera dedicada a su futuro. Tal y como lo explicó, lo de ayer solo fue la puesta en práctica de algo que ya había decidido siete años atrás: "En el 2004, pensaba que dos legislaturas era el periodo razonable al que podía aspirar. Pensaba que era lo más conveniente para nuestra formación política, para el país y para mi familia".

¿Por qué anunciarlo ahora? "Nunca estuvo en mi ánimo prolongar innecesariamente la especulación sobre mi candidatura", dijo. El plazo que comienza ahora y acaba en las generales, de un año si no hay adelanto electoral, es "razonable": permite que el futuro cabeza de lista en esos comicios disponga de "tiempo suficiente para forjar un proyecto político". Lo presentó como una reflexión cerrada, pero según varios de sus colaboradores no ha sido así.

Hay una cosa, según las mismas fuentes, que Zapatero siempre ha tenido clara: él es "un demócrata". Instauró las primarias en el PSOE y ahora quiere que se utilicen para elegir a su sucesor. "El mecanismo del dedazo simplifica mucho las cosas, pero no es el nuestro ni el de la mayoría de la sociedad", dijo primero. "Las primarias dan seguridad a los ciudadanos. No hay que tener vértigo", añadió.