Pero si hay un caso paradigmático en Extremadura en relación a problemas con la evaluación de impacto ambiental, es el de la Autovía A-43 (Extremadura-Levante) a su paso por la región. Los primeros pasos para convertir en vía rápida la actual carretera N-430 datan del año 1997. Más de una década después el proyecto se encuentra casi en el mismo punto, mientras que en el resto de comunidades autónomas las obras están en ejecución.

El tramo extremeño llevaba dos años pendiente de la aprobación de su impacto ambiental cuando, hace unos meses, el Ministerio de Fomento decidió retirar el proyecto del Ministerio de Medio Ambiente e iniciar de nuevo toda la tramitación. El motivo, según el Gobierno central, es incluir cambios en el proyecto.

Actualmente el Ejecutivo regional está a la espera de que Fomento devuelva la documentación al departamento que dirige Elena Espinosa para emprender de nuevo la evaluación ambiental. Según explicaron desde la Junta tras la última reunión entre el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, y el nuevo titular de Fomento, José Blanco, éste se ha comprometido a agilizar los trámites remitiendo "próximamente" el nuevo expediente de información pública. Además, el Gobierno le manifestó su intención de iniciar la redacción de algún tramo que no presente complicaciones medioambientales.