La primera reunión, convocada por EEUU, con la oposición iraquí al depuesto régimen de Sadam Husein, terminó ayer con una declaración genérica de 13 puntos y el acuerdo de volver a reunirse dentro de 10 días.

El encuentro, celebrado en una base aérea de EEUU cerca de la ciudad de Nasiriya con el propósito de empezar a diseñar el Irak de después de Sadam, puede ser considerado escasamente representativo, ya que fue boicoteado por la Asamblea Suprema de la Revolución Islámica, la principal organización política de los chiís, que constituyen la mayoría de la población en Irak.

Otra ausencia significativa fue la del líder del Consejo Nacional Iraquí, Ahmed Chalabi, que optó por delegar en sus subalternos y enviar una representación de segundo nivel. La declaración, aprobada por consenso, sin ser votada formalmente, expresa la voluntad de que Irak se convierta en un país "democrático" y "federal" e incluye puntos tan susceptibles de consenso como la condena de los saqueos o la necesidad de disolver el partido Baaz, sobre el que se sustentaba el régimen de Sadam.

En cambio, en aspectos más substanciales y controvertidos, el texto adoptado se limita a señalar que los participantes "discutieron" el "papel de la religión en el Estado y la sociedad" o "el principio de que los iraquís deben elegir a sus líderes y no deben serles impuestos desde fuera".

"ESTABLECER RELACIONES"

La reunión, presidida por el exgeneral de EEUU Jay Garner, "tenía como objetivo establecer relaciones entre los grupos de la oposición iraquí que estaban en el exilio y los que se quedaron dentro de Irak", afirmó Zaab Satha, uno de los portavoces del Congreso Nacional Iraquí.