"¿Y si todo este desastre hubiera ocurrido en Extremadura? Cuando sucedió lo de la riada en Badajoz desde todos los puntos de España nos echaron una mano y pensamos que ahora debíamos dar las gracias devolviendo el favor, por eso es triste que ninguna asociación se esté moviendo para que los extremeños que deseen colaborar puedan ir a Galicia".

Así se lamentaban ayer Verónica y Noelia, dos jóvenes pacenses de 20 y 24 años que junto con sus novios José Manuel, de 32 años, y Germán, de 25, trabajan desde el pasado viernes en las tareas de limpieza del fuel en la playa de Bayona, en Pontevedra.

A pesar de que todos, menos Noelia, están en paro, decidieron a principios de la pasada semana colaborar en las tareas de limpieza aunque tuvieran que gastarse el dinero en el desplazamiento, ya que tras ponerse en contacto con todas las asociaciones de la capital pacense tan sólo consiguieron que Protección Civil les prestara los equipos. "Nadie nos hacía caso, incluso Protección Civil nos dijo que no fuéramos porque no se necesitaba a nadie", asegura Verónica.

PAISAJE DESOLADOR

Pero la realidad era muy distinta. "Nada más entrar en Tui preguntamos a la policía y nos condujeron hasta el ayuntamiento, desde donde nos mandaron a Bayona. Cuando llegamos nos dimos cuenta de la verdadera dimensión del problema. La desolación era impresionante, gente agotada, vomitando, ayudándose unos a otros... no se parece en nada a lo que se ve en la televisión", advierte Noelia.

El trabajo es tan duro que cada día se producen varias bajas entre las personas que colaboran en las tareas de limpieza, entre ellas Verónica, que el sábado se empeñó en seguir trabajando con una lesión en el pie que se ha agudizado. "Pero lo peor no es el dolor físico tras la jornada de trabajo, lo peor es que cuando llegas al día siguiente todo vuelve a estar cubierto de fuel y hay que volver a empezar".