Francisco Salgado tiene 29 años y vive en Cáceres. Es transportista y desde hace un mes ha pasado a engrosar la lista de desempleados que ya han agotado la prestación por desempleo y cobra únicamente los 420 euros de subsidio. Casi la cantidad que paga todos los meses por la hipoteca de su casa.

Está casado y tiene un hijo y a pesar de todo tiene la suerte de que su mujer conserva su empleo en una perfumería. "Si tuviéramos que mantenernos solo con el subsidio imagínate", relata. De momento su situación le ha obligado a recortar un poco de todos sitios, pero al menos hasta ahora los gastos básicos los tiene cubiertos. Sobre la ayuda dice: "Yo no quiero los 400 euros, quiero trabajar, pero por lo menos algo es algo" mientras llega el trabajo, que en su caso espera que sea pronto. "Me han avisado para empezar a trabajar como transportista cuando deje de llover".