No es momento de espantadas ni flojedades". Es lo que tiene Rafael Simancas, que interioriza a la primera las razones de su líder. El candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid, derrotado por Esperanza Aguirre el pasado 27-M, aclaró ayer que permanece al frente de la oposición en la Asamblea regional y pilotando la federación socialista madrileña, al menos hasta el congreso ordinario del partido previsto para otoño del 2008. No dimite, aclaró ayer ante su ejecutiva. No lo hace porque así se lo ha indicado José Luis Rodríguez Zapatero, que el lunes rechazó el amago de dimisión para evitar una crisis interna que derivaría en problemas en la elaboración de las listas para las generales.

Sin prisas, pero sin miramientos. José Blanco, responsable de organización del PSOE, planea para el partido en Madrid una renovación profunda. Pero prefiere llevarla a cabo despacio y, a ser posible, sin mucha repercusión mediática. Si los afectados colaboran, mejor. Porque así se ahorra una retransmisión en directo de la inevitable lucha fratricida. Un trago demasiado amargo para un electorado que aún recuerda el caso Tamayo .

NUEVO CANDIDATO EN EL 2011 Así que la solución de posponer un año la crisis, o de tomarse 12 meses para pergeñarla, contenta a todos. La ejecutiva regional la aprobó ayer por 38 votos a favor y 2 abstenciones. A Zapatero le evita un espectáculo poco edificante cara a convencer a los madrileños abstencionistas del domingo de que deben votarle en las generales. Y los partidarios de la dimisión inmediata de Simancas se convencieron de que sería nocivo para sus intereses que esa crisis llevara a una gestora. Cuando cayeron en la cuenta de que la nombraría Blanco se les apagó el afán de exigir cabezas. Al final, se conformaron con oír cómo Simancas renunciaba a repetir como candidato en el 2011.

La federación socialista de Madrid nunca ha sido una balsa de aceite. Pero el batacazo del domingo ha desbordado aguas que Simancas había mantenido estancadas los últimos tres años. En la reunión de la dirección regional del PSOE celebrada ayer hubo algo de autocrítica, pero dominó la carga contra la ejecutiva federal, a la que los socialistas de Madrid achacan buena parte de sus males.

FERRAZ, CULPABLE Ferraz es culpable, dicen por no mencionar directamente a Zapatero, de imponer un candidato en la capital sin consultar al partido; y de diseñar para él una campaña de la que ni siquiera informaron a la federación. Sebastián quiso ir por libre y debe estrellarse solo, sostienen algunos compañeros de candidatura.

Los tres ediles que forman parte de la ejecutiva regional pidieron ayer en voz alta que Sebastián se vaya por donde ha venido sin recoger siquiera su acta de concejal. Simancas ni rechazó ni aceptó la idea, se limitó a anotarla para exponérsela hoy en persona al exasesor económico de Zapatero. El líder socialista madrileño se reúne hoy con Miguel Sebastián y piensa ser comprensivo si este renuncia a ejercer la oposición a Ruiz Gallardón.

Donde sí ha habido una dimisión el adverso resultado es en Ceuta. María Antonia Palomo, candidata socialista a presidir la ciudad autónoma, ni siquiera llegará a ocupar su escaño en la Asamblea ceutí. Quien tampoco lo hará será el número dos de la candidatura, Sergio Moreno, que ha renunciado a su escaño en la Asamblea en solidaridad con Palomo. El PSOE obtuvo en las elecciones dos de los 25 escaños de la Asamblea ceutí, los mismos que en los comicios del 2003.