Hace seis meses se adjudicaba el primer tramo del AVE en Extremadura, el Badajoz-Montijo. A fecha de hoy, la obra no ha arrancado aún, al menos no hay, que se sepa, máquinas trabajando. Es un capítulo más de una historia de vaivenes, de esperanza y decepción, que lleva camino de eternizarse.

Como una maldición, cada vez que en el corredor de alta velocidad entre Madrid y Lisboa se produce algún avance, aparece algo que viene a suponer un jarro de agua fría sobre las expectativas creadas. Lo último, una decisión de Medio Ambiente sobre el aeropuerto de Ciudad Real que, de rebote, bloquea el AVE extremeño.

Desde la cumbre hispano-lusa de Figueira de Foz, donde se anunció que la conexión con Portugal se haría por Extremadura y no por Castilla y León, y que se finalizaría en el 2010, y donde la euforia se torció al anunciar Portugal no mucho después que la situación económica interna no le permitía cumplir el plazo, y que su parte del trazado no estaría hasta el 2013, hasta ahora, todo han sido avances y decepciones.

En principio, la desconfianza vino porque tras Figueira da Foz (año 2003) los presupuestos estatales no reflejaron este compromiso. Posteriormente, la licitación de proyecto y obra aparecida en el BOE una semana antes de las elecciones del 2004 era anulada por el nuevo gobierno, y pasaron meses y meses antes de que el corredor extremeño volviera a figurar en el boletín. Mientras, los presupuestos estatales, en las mismas: dinero escaso incluso en las programaciones a medio plazo.

Al fin, se anuncia la licitación de proyectos para los subtramos Badajoz-Montijo y Montijo-Mérida, pero con otra sorpresa: no figuran las entradas a las ciudades, esto es, se excluye un tercio del trazado.

Otro paso adelante, se licitan y adjudican en el segundo semestre de este año las obras de esos dos subtramos. Como no podía ser de otra manera, se produce seguidamente la decepción: el presupuesto que maneja el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) recoge que no se acabará hasta el 2012.

Hace poco, el último paso hasta ahora. Medio Ambiente da luz verde a las declaraciones ambientales de todo el recorrido cacereño, lo que permite iniciar la licitación de proyectos. Entonces aparece la ZEPA de Torrijos, consecuencia de algo tan ajeno al AVE Madrid-Lisboa como el aeropuerto de Ciudad Real y nueva decepción.