Luchador nato y polifacético. Vive para su familia, para la gente que le rodea, para su Extremadura, su pueblo, su casa regional y se abre del todo, sin zócalos, sin rincones, sin oscuridades. Es Gonzalo Martín, el presi de todos los extremeños en Sevilla, a donde un día decidieron emigrar para buscar un futuro que quizá en su tierra extremeña no encontraban o les era difícil de agarrar. Gonzalo es un gran conversador, con mensaje directo. Sus muchos años en la enseñanza aparecen por todas partes y desgrana las preguntas con respuestas fluidas, largas, llenas de datos, recuerdos y trabajo, mucho trabajo.

¿Cómo está la emigración extremeña en Sevilla?

-- Pues muy bien. El extremeño que vive en Sevilla va y viene. Los que llegaron para ocupar un puesto de trabajo eran profesionales, bien colocados, bien situados. Podemos pregonar muy alto que estamos orgullosos de lo que tenemos.

¿Cuántos extremeños residen en Sevilla y qué posición social tienen?

-- Aproximadamente viven aquí unos 38.000 extremeños. La Casa de Extremadura cuenta con unos mil socios familiares, exactamente 980. Ocupan todas las posiciones sociales, por lo que no se puede hablar de niveles. Pero el extremeño quiere también dirigir y ahora me viene un detalle a la memoria, y es que cuando se convocó el curso de directores de colegios, en el que yo tomé parte, éramos más de 160 aspirantes y de ellos 92 éramos extremeños dispuestos a dirigir. Siempre quedó claro que donde había un grupo de extremeños estaba asegurado el trabajo y la dedicación. Estamos muy bien considerados.

¿Existe una verdadera unión entre los extremeños?

-- No toda la que yo quisiera. Yo creo que nos falta un poco de empuje y dejar atrás el conformismo. Esos chavales que se están formando en la universidad tienen que empujar y, además, aunque vean dificultades, que sigan apostando porque Extremadura tienen una potencialidad económica impresionante, y cuando las vías de comunicación estén en condiciones, irá a la cabeza del país.

¿Cubre sus objetivos la Casa de Extremadura en Sevilla?

-- Totalmente. Tenemos un centro con cerca de 400 metros cuadrados y mi obsesión es que todo extremeño que venga a Sevilla sepa que tiene una casa y unos amigos. Por eso escribí una carta a cada alcalde para decirles que no haya un grupo de extremeño que se sienta extraño aquí y que le ofrecemos todo lo que tenemos.

¿Reciben suficientes subvenciones?

-- Más quisiéramos. Cuando hay alguien que me dice que estoy empeñado con 24 millones de pesetas para aportar un local social en Sevilla, pienso que todas las casas regionales deberían tener atenciones o créditos muy blandos para atender sus necesidades. Una asociación es un lujo para Extremadura, y lo difícil para nosotros vendrá dentro de unos años cuando nuestros hijos digan no si no es con la pasta por delante. Por eso, la gran tarea de las asociaciones es recuperar y traer a la juventud y los políticos deben mirar mucho por todo ello. Conste que se está haciendo un gran trabajo por parte del gobierno regional, pero aún queda mucho por hacer, y es que me da apuro comparar las subvenciones que reciben otras casas regionales en comparación con la nuestra.

¿Realizan muchas actividades?

-- Sí, muchas. Terminamos de tener la coral extremeña de Sevilla como todos los años; está prevista la matanza en el pueblo extremeño de Montemolín el 25 de enero; la Semana de Extremadura; la procesión de la virgen de Guadalupe, y muchas cosas más.

¿Como están las relaciones con los sevillanos?

-- Perfectamente. Es gente muy agradable y mantenemos una gran relación porque somos muy parecidos. Estamos encantados por la forma en que marchan las cosas, siempre en sentido positivo, y el trato directo con las personas de aquí es magnífico. No podemos quejarnos de nada y por todo ello debemos sentirnos y nos sentimos muy satisfechos.

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