Emigrante de lujo, en el pasado y en el presente, Enrique Fernández Ruiz (Cáceres, 15-III-67) conoce perfectamente las dos caras de sentir Extremadura cuando se está lejos y disfrutarla cuando al fin se consigue regresar y triunfar. Entre finales de los 80 y principios de los 90 completó una interesante carrera en la liga profesional de baloncesto, la ACB, y en la actualidad administra sus negocios.

Su familia procede de Miajadas, aunque pasó gran parte de su infancia en Cáceres, en los patios del Colegio San Antonio. Allí jugaba sobre todo de portero de balonmano, aunque el descubrimiento del baloncesto cambió su vida. Con apenas 16 años, Javier Imbroda, exseleccionador nacional y que esta temporada ha dirigido al Real Madrid, le reclutó para el Maristas de Málaga. El chico era una máquina de meter triples, aunque aún por pulir.

EN LA ELITE

En la capital de la Costa del Sol pasó siete años. Conoció a su mujer, con la que tuvo su primer hijo, mientras su club subía y subía categorías hasta llegar a lo más alto. Enrique Fernández añoraba Cáceres, adonde acudía a menudo, cada vez que podía, al tiempo que se consolidaba como un especialista imparable en el lanzamiento exterior. Eso motivó que el Cáceres le reclamase en 1992, cuando ascendió a la ACB. Enseguida fue aclamado como elemento de referencia en la cancha y el vestuario.

La historia los siete años siguientes colmó de felicidad al jugador, nombrado capitán en 1993. Casi siempre con un papel importante en la plantilla, fue parte del equipo que consiguió un quinto puesto liguero (1994), ser semifinalista de la Copa (1995) o, sobre todo, subcampeón de la Copa del Rey (1997). Fue él quien levantó el trofeo de segundo clasificado y a menudo suele recordar lo cerca que se estuvo de ser campeón en aquella final ante el Joventut en León. En el plano personal tuvo su segundo hijo.

En el verano de 1999 se vio obligado a dejar el Cáceres y a volver a ejercer de emigrante, como tiempo atrás. Apuró sus dos últimos ejercicios como profesional una categoría por debajo, uno en Murcia y otro en León, y después optó por retirarse.

Desde entonces gestiona sus inversiones --una empresa de gestión deportiva y una hamburguesería-- a medio camino entre Cáceres y Lleida.