Diana de Gales ha vuelto al que fuera su último hogar, el palacio de Kensington. Radiante y vestida con sus mejores galas, la princesa posa ante la cámara de Mario Testino. Los 70 retratos, siete de ellos jamás vistos hasta ahora, cuelgan en dos de los salones de la residencia real londinense. La exposición, que abrió sus puertas el 24 de noviembre, incluye la última sesión de fotos de Testino (en la foto, en la presentación, en Kensington), para Vanity Fair, realizada cinco meses antes de la muerte de Diana.

La princesa se prestó a hacer de modelo para dar publicidad a una subasta benéfica de Nueva York. La exposición incluye los nueve vestidos de noche que Diana cedió para la subasta. El más interesante es un modelo blanco, del japonés Hachi, que Diana lució por primera vez en 1983, considerado como precursor del estilo que adoptó después. El resto de los modelos pertenecen a Victor Edelstein, Bruce Oldfield y Catherine Walter.