Es un reto. No se puede denominar de otra forma. Es el reto más difícil de Carlos y de todo corazón espero que le vaya muy bien. Por eso, prefiero apostar por él, aunque la diferencia que lleva en la general, esos 1.34 minutos de ventaja sobre Evans, por desgracia, no serán suficiente para ganar el Tour en París.

Se verá una etapa muy emocionante porque, aparte de una plaza en el podio que Carlos tiene asegurada, repito que ojalá sea en lo más alto, no hay nada claro. Evans ganará la plaza y tanto el puesto de Frank Schleck como el de Bernhard Kohl peligran, puesto que Denis Menchov y hasta Christian Vandevelde están al acecho.

Yo me encontré hace dos años en una situación pareja a la de Sastre. Dormí vestido de amarillo y al día siguiente tenía que defender mi posición, aunque con una renta muchísimo menor de la que ahora dispone Carlos Sastre.

Tenemos un carácter muy distinto. Yo tengo mis historias como todo el mundo. Pero la noche anterior no haces otra cosa que pensar que no hay nada imposible y que hasta lo puedes conseguir. De hecho, Evans es quien tiene que atacar al jersey amarillo, quien debe forzar la máquina al máximo. Carlos tendrá que salir muy mentalizado y tratar de no venirse nunca abajo, sobre todo si las primeras referencias no son las previstas.

Hace dos años yo dormí bien. Lo justo. Nunca llego a dormir más de siete horas seguidas en el Tour. En fin, que le deseo lo mejor.

Yo ya estoy en casa. Tenía la intención de viajar a París para celebrar el final del Tour con mis compañeros. Ellos no lo sabían. Iba a ser una sorpresa, puesto que no los he visto desde que tuve el accidente. Pero el médico no me deja. Hasta el próximo miércoles debo evitar los movimientos bruscos en el brazo lesionado.

*Excampeón cel Tour