El equipo Saunier Duval se encuentra al borde de la desaparición. Es el resultado de la inconciencia de Riccardo Riccò y, posiblemente, de sus jefes, que no hicieron todo lo que deberían hacer para evitar que las prácticas dopantes se introdujeran en el seno de la escuadra. Mauro Gianetti, el mánager del conjunto, trató ayer a la desesperada de dar un golpe de efecto para frenar lo que parece inevitable. Despidió a Riccò y también a Piepoli, de quien se teme que haya podido dar positivo en Hautacam, donde logró la victoria.

La agencia francesa antidopaje advirtió por carta al conjunto amarillo antes de que apareciera el positivo de Riccò. Dos equipos, según ha podido saber este diario, recibieron las amonestaciones. Uno, según esta versión, habría sido el francés Agritubel, a través, en este caso, de la federación francesa. A los pocos minutos de llegar la misiva, Christophe Moreau dejó el Tour al alegar unas molestias en la espalda. El ciclista galo ya había recibido un tirón de orejas después de la disputa de la París-Niza.

CONTROL DE LAS FIGURAS Riccò fue cazado dentro de la campaña de controles exhaustivos hacia las figuras de la ronda francesa durante las cinco primeras etapas. Todos los jefes de filas y corredores de relieve fueron sistemáticamente analizados en los primeros días, ya que el Tour prefirió evitar sorpresas desagradables con la carrera lanzada, tal como sucedió el año pasado cuando el Rabobank se vio obligado a retirar a Rasmussen con el jersey amarillo, o hace dos ediciones, cuando se tuvo que descalificar a Landis después de llegar a París como líder.

Por esta razón, la dirección del Tour se encuentra moderadamente tranquila respecto a los corredores más mediáticos, con la excepción de Riccò. El italiano utilizó una nueva variante de la EPO, que creía, erróneamente, que era indetectable. Manolo Beltrán, el primer positivo, era uno de los corredores vigilados por las autoridades antidopaje, mientras que Dueñas, que no figuraba en ninguna lista y que estaba considerado como un corredor libre de toda sospecha, fue pillado por sorpresa, al ser designado en el sorteo diario.

El Tour trabaja ahora con la idea de que el nuevo brote de dopaje tenía sus principales raíces en el Saunier. En esta tesis se enmarca la decisión tomada ayer por el conjunto amarillo de despedir no solo a Riccò, sino a Piepoli, a pesar de la fugaz gloria de Hautacam. "Riccò y Piepoli han violado el código ético del equipo, por lo que se ha perdido la confianza en ellos y por lo tanto se ha decidido echarlos", indicó el Saunier en un comunicado.

El lunes se decide la suerte del Saunier Duval. "Es muy probable que salgamos del patrocinio ciclista", declaró ayer en Francia Thierry Leroy, director general de Valiant Group France, propietaria de Saunier. El lunes, también, en Cúneo, donde el Tour reposa por segunda vez, se reúnen las direcciones del Tour, el Giro y la Vuelta. Allí se informará de la admisión --muy difícil en estos momentos-- o no del conjunto amarillo en la ronda española.

En el aspecto deportivo, lo más destacado de la etapa fue la victoria al esprint del británico Mark Cavendish, la cuarta que logra en el Tour, a una del americano Lance Armstrong.