Hoy me he fugado en el Tour y no he acabado de comprender por qué el equipo CSC ha puesto tanto tesón en mi captura, cuando nunca tuve una diferencia mayor de dos minutos. Hoy hemos salido a tope, a 50 por hora, por lo que apenas hemos podido hablar de la nueva mala noticia con el positivo de Dueñas. Txente estaba muy enfadado y más cuando por muy poco no pilló la escapada buena, anduvo un buen rato en tierra de nadie. Todos en el equipo, salvo Alejandro y yo, tenían la orden de integrarse en la fuga del día. No vamos a ir siempre a rueda. Yo no voy a ir siempre a rueda. Por esta razón, después de parar a orinar he hablado con Unzué mientras me entregaba botellines con agua fresca. "Oye, Eusebio --le he dicho--, arranco en el puerto, movemos la carrera e igual consigo que alguien se venga conmigo". "Va a ser complicadísimo", me ha dicho. Pero me ha dado el visto bueno.

Mi intención era ganar algo de tiempo, dos o tres minutos, para volver a meterme en la clasificación general. Pero el CSC no me ha dejado. No van a permitirme ni una, aunque seguiré intentándolo.

Sé que por televisión se ha visto que me he salido un poco de la carretera después de coronar el puerto de primera con casi dos minutos de ventaja. He tropezado con una piedra, que le ha hecho hacer un extraño a la rueda delantera de la bici. Por eso, me he desviado a la hierba.

Al concluir la bajada, la carretera que nos hemos encontrado era muy ancha, ideal para que pudiera trabajar un equipo organizado como el CSC. El viento soplaba de frente. Me he dicho a mí mismo que no valía la pena el esfuerzo. He recogido bidones para los compañeros y, desde allí, tranquilo hacia la meta. En otra etapa será.

*Excampeón del Tour