Siempre delante, en las primeras posiciones, porque allí el pelotón ni se fracciona ni se erosiona por las caídas. Siempre delante iba Lance Armstrong y también Miguel Induráin. Siempre delante van Alejandro Valverde y Cadel Evans. Pero no Denis Menchov ni Riccardo Riccò. Ellos tienen sus aspiraciones. Sueñan con París. Viven de la ilusión. Tienen carácter, quizá excesivo el de Riccò, pero si quieren que el sueño no se les convierta en pesadilla deben situarse mejor en el pelotón. Ayer les sorprendió una caída y cedieron 38 segundos. Un regalo innecesario en la tercera etapa y ante la ya importante cita de hoy bajo el sistema de contrarreloj.

Cedió el maillot amarillo Valverde, aunque cumplió el objetivo que se había encomendado, mucho antes de que Menchov y Riccò le recompensaran con un tiempo inesperado. El murciano partirá hoy por detrás de Evans --que ayer se cayó en el primer kilómetro-- y conocerá a lo largo de los 29,5 kilómetros de la etapa sus referencias, para forzar más, para regularse mejor.

VICTORIA DE DUMOULIN El francés Romain Feillu, del modesto Agritubel, tomó el mando del Tour. Formaba parte de una fuga consentida, en la que iba otro galo, el ganador del día (Samuel Dumoulin), una escapada bidón que, ante la pasividad de los conjuntos con velocistas y la moderación del Caisse d´Epargne, llegó a Nantes con una ventaja de dos minutos, en otro día de perros, con viento, ¡que pare ya!, y lluvia. Porque hay unas nubes sobre el pelotón del Tour que castigan a los ciclistas, como si se colocaran bajo una ducha.

Se cayó Angel Litu Gómez. Se comió una isleta y se rompió la cadera. El mismo Litu, nuevo en el Tour, era de los pocos que el lunes desafiaba al frío y la lluvia. La mayoría, abrigados. El, en manga corta. No vio el obstáculo en mitad de la carretera. Su caída partió al pelotón y cortó a sus compañeros del Saunier Duval, con Riccò al frente, y a los rivales del Rabobank, con Menchov, al que siempre pillan en la ronda francesa.

Soplaba el viento de costado, lo que dificultaba aún más la captura. Y suerte tuvieron que Eusebio Unzué, mánager del Caisse d´Epargne, lanzara una orden por los pinganillos de sus corredores: "No tiréis, no es elegante". Juego limpio. "También es cierto ---añadió el experimentado Txente García Acosta, con 12 Tours a sus espaldas--- que más rápido no se podía ir. Si nos damos el palizón habríamos ganado 10 segundos como máximo. No valía la pena".

EL PASAJE DE GOIS Qué lejos queda el pasaje de Gois. Tour de 1999. Alex Zülle, uno de los aspirantes, se ve envuelto en una caída, mientras se atravesaba un turístico pasaje que varias horas al día permanece sumergido por la marea. Zülle era el líder del Banesto y el exjefe de filas del ONCE, el conjunto de Manolo Saiz. Entonces no hubo misericordia. Saiz ordenó tirar a muerte y Zülle, al final segundo en París, perdió toda opción de victoria en el que fue el primer triunfo de Armstrong. La historia no se puede cambiar.

Pero sí la general del Tour-2008, que hoy se verá alterada con Fabian Cancellara y David Millar entre los candidatos al triunfo. A ver cómo responde Valverde. Y todo esto, en el tercer día sin Alberto Contador.

La etapa de hoy sera la cronometrada de Cholet, casi 30 kilómetros planos que se disputará entre las primeras etapas del Tour y el primer contacto con la montaña en el macizo central, servirá para marcar las primeras diferencias y comprobar en qué estado llegan los favoritos al triunfo final.