¡Qué casualidad más casualidosa! Siempre que ha habido elecciones a lo que sea, ha pasado algo que trastorna a los ciudadanos y, claro, esta vez no podía ser menos. Y siempre se ha demostrado que ese algo que ha pasado ha beneficiado, con creces, a la izquierda o, con más particularidad, al partido socialista. El palmero del gobierno Blanco y el maestro de las añagazas esta vez no se manifiestan para arreglar este jaleíllo. ¿Por qué? ¿No le dan importancia o le dan demasiada? De momento la que ha montado, no se sabe quién -aunque todo apunta a la izquierda más izquierdosa como la artífice de estos jaleos que no vienen a cuento en las épocas de elecciones-, si no es para arrimar el ascua a su sardina por ser la única forma de ganar algo. Ya lo dijo Rodríguez el viernes pasado con la frase lapidaria de que mañana el PP se va a dar cuenta e iremos remontando el vuelo, o algo similar que todo el mundo entiende al leerlo. La queja de los descontentos está ahí y no se puede obviar, pero, una reflexión: si los que pierden esos días son parados, deben ir contra el PSOE por lo mal que los está tratando dejándoles sin el pan y el agua; y, si no son parados, ¿cuándo trabajan o estudian?, ¿o son liberados? No obstante, todos los datos que se recogen en las informaciones mediáticas, tanto escritas como habladas, apuntan a que es obra de una mente especializada cimera en estas lides, y esa mente es la EQUIS de lo acontecido en anteriores elecciones y, por supuesto, en esta. Y si no hay EQUIS, hay Y, y si no hay Y, hay SIGMA, y si no la letra que sea, pero existe esa EQUIS. ¡Ya lo creo!