Un campamento especial chicos con parálisis cerebral se van de aventura. ¿Por qué no? ¿Puede alguien con discapacidad cerebral disfrutar de sensaciones nuevas? ¿Puede lanzarse en tirolina y sentir algo nuevo? ¿Por qué no?

La Escuela de Aventura Oso Negro se atrevió a probarlo. . . La Asociación de Parálisis Cerebral de Badajoz (ASPACEBA) celebra estos días, como todos los años, un campamento de verano con sus usuarios.

Treinta y cuatro chicos y chicas, todos afectados por parálisis cerebral, en diferentes grados. Durante doce días, estos 34 chicos se desplazan a Trujillo, acompañados de 27 monitores y 13 chavales de un campo de trabajo, que acuden desde diferentes provincias para colaborar en el campamento. Los monitores realizan actividades de ocio con los usuarios, pero este año quisieron hacer algo nuevo, algo atrevido y diferente….

Algo para que estos chicos y chicas afectados vivan una experiencia inolvidable. Para ello se pusieron en contacto con la Escuela de Aventura Oso Negro. ¿Por qué no hacer una tirolina para que los usuarios del campamento sientan la sensación de libertad que produce descender deslizándose por una cuerda? La Escuela de Aventura Oso Negro se puso manos a la obra y el resultado no pudo ser mejor. Chicos que sus vidas están ancladas a sus sillas de ruedas disfrutaron como nunca. Todos querían repetir. Sus caras, sus risas y aplausos hicieron que el delicado trabajo de subirlos a una altura de tres metros y deslizarlos por una cuerda durante 20 metros, mereciese la pena. Monitores y voluntarios también quisieron aprovechar la actividad y lo pasaron en grande, desconectando así de su responsabilidad.

Los monitores de la Escuela de Aventura Oso Negro no sólo han hecho disfrutar a estos chicos, sino que han pasado 48 horas con ellos donde han aprendido el valor de estas personas, que disfrutando de una capacidad mental excelente, se encuentran limitados en unos cuerpos sin movilidad.