Estamos inmersos en un sistema que, hecho a medida y limitado a la precaria imaginación del Homo Vulgaris, es aprovechado por esos avezados malandrines que saben cómo manipular la estupidez humana. Presuntuosamente, alardeamos de mayor capacidad craneal con relación al de nuestros ancestros. Vale. Pero no hay tanta diferencia cognitiva con ellos; exceptuando las grandes fortunas que han amasado unos a cuenta de otros. Hemos conseguido inundar el espacio de chatarra, a cambio de descifrar algún que otro dato científico y especular sobre lo desconocido. Pero no mucho más. Por cada idea evolutiva y beneficiosa, hay muchas más improductivas y perjudiciales. ¿No será la chatarra espacial el reflejo del desarrollo de la mente humana?