Como es habitual y a tan solo unas semanas para las vacaciones de agosto; muchas familias, entre las cuales me incluyo ; ya empiezan a acudir a los talleres para revisar sus vehículos y para cambiar aquellas piezas que son necesarias con el fin de garantizar su seguridad de cara al largo viaje que nos espera a nuestro destino. Algo que me gustaría denunciar, tras leer los numerosos comentarios negativos de varios clientes de diferentes comunidades autónomas acerca de esta iniciativa; es la luctuosa atención y mano de obra en Norauto Alcorcón. Ayer, tras acudir a este taller y tener que esperar durante casi cuatro horas (desde las 20:00 hasta las 0:00) para cambiar los neumáticos, realizar el paralelo y, finalmente, para cambiar las pastillas de freno de nuestro vehículo nos vimos envueltos en una disputa tanto con los mecánicos del taller, como posteriormente con el responsable del establecimiento. La razón de este altercado se debió aparte del largo tiempo que tardaron (nos dijeron que en una hora y media lo tenían y tardamos cuatro horas); por la pésima mano de obra de los mecánicos y por el poco cuidado que tuvieron los técnicos con los vehículos de los clientes. La causa por la que expongo esto, es porque de cuatro mecánicos que entraron, salieron y se sentaron en el vehículo, ninguno fue capaz de poner correctamente el plástico de protección de los asientos (parece ser que les resultaba indiferente manchar la tapicería de grasa). Algo que me dejo de piedra es que al terminar de poner los neumáticos a nuestro vehículo al mecánico se le olvidara atornillar la rueda correctamente al coche (menos mal que le avisó su compañero) o que les tuviéramos que avisar porque se les olvidaba poner las pastillas de los frenos (las cuales necesitábamos urgentemente, ya que se nos habían acabado), debido a que tenían prisa para llegar a casa (algo que comprendo). En esta situación se encontraron al menos diez personas más, las cuales estaban esperando impacientemente a recibir su automóvil reparado (algunas de ellas estaban esperando cinco o seis horas, porque al igual que a nosotros les dijeron que tenían que esperar poco tiempo). Dada la situación, decidimos mostrar nuestra disconformidad al encargado de la tienda; el cual, con una actitud petulante y descarada desmintió todo lo que le expusimos; dando a entender de manera sutil que nos estábamos inventando todo (no solo estábamos nosotros observando el trabajo de los técnicos sino al menos diez personas más, las cuales también se quejaban del ineficaz trabajo de los operarios). Finalmente, quiero dejar constancia de que he escrito este artículo no para molestar a esta iniciativa (algo que no pretendo), sino para denunciar la situación en la que nos encontramos ayer; ya que debido a la pasividad que estos señores muestran en su trabajo muchas personas se están jugando la vida en la carretera debido a numerosos descuidos como los que he detallado anteriormente.