El miércoles día 23 de marzo me personé con mi padre de 76 años, Emiliano Rodríguez Párraga, en el ambulatorio de la localidad de Hoyos debido a que el día anterior había sufrido una caída y se quejaba de un pie.

Cuando estábamos en la sala de curas y él se encontraba postrado en una camilla para que le atendiese el personal que se encontraba en el ambulatorio, el centro médico recibió una llamada de Villamiel obligándonos a salir del ambulatorio sin atendernos, ya que decían que lo tenían que cerrar porque se tenían que ir los tres y no nos podíamos quedar dentro.

Nos echaron de la forma más ruín y maleducada del mundo. De allí nos tuvimos que desplazar al Hospital de Coria donde nos atendieron perfectamente y tuvieron en cuenta el cuadro médico tan complicado de salud que tiene mi padre.

Quiero expresar mi más absoluta condena a la forma de actuar de estos individuos cuyo sueldo se lo pagamos el resto de ciudadanos con nuestros impuestos. Es una vergüenza que luego la Junta de Extremadura promocione el turismo en Extremadura cuando no es capaz de dotar de personal suficiente en épocas de vacaciones a los centros de salud de estos municipios que ven multiplicadas por 10 sus poblaciones durante esas fechas.