He leído recientemente que cada día se producen 70 agresiones sexuales en el Ejército de EEUU. De hecho el secretario de Defensa declaró que las agresiones sexuales son “uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta el Ejército”.

Ni estar metidos en todos los saraos bélicos, ni liderar la lucha contra el terrorismo, ni defender sus fronteras contra los invasores.

Nada se puede comparar a la epidemia de acosadores que tienen entre sus filas. Yo le recomendaría al secretario un toque de bromuro en las lentejas, el cocido o la paella.

Aunque no es muy recomendable a largo plazo, ya que podría poner en peligro la virilidad de los reclutas.

En todo caso siempre podrían recurrir a los drones, aunque con patas en vez de alas. Así matarían dos pájaros de un tiro.