El pasado día 24 de diciembre abrí la puerta de mi casa, en la avenida de Hernán Cortés, a cuatro adolescentes que lejos de cantarme un bonito villancico o al menos tocar la pandereta con cierta gracia, casi me exigieron el aguinaldo, que para eso estábamos en Navidad.Como sus formas y educación me incomodaron, me limité a indicar que no tenía dinero en casa, pero que si querían les daría unos dulces. Ante lo cual, el alto moreno con pelo de dibujo animado japonés me señaló... pues vaya mierda de bloque facha...cuatro tías abriendo puertas y ni un duro..Para acto seguido salir escaleras abajo en tropel seguido por dos mas bajitos, uno rubio y otro moreno, y otro que parapetado tras una capucha casi no dejó ver su cara. Eso sí, lo que me pareció una lata de refresco iba en la mano.Para desgracia mía y de nuestra comunidad, la lata resultó ser un espray ,con el cual nos decoraron muy navideñamente las escaleras, el ascensor y todo el portal de mármol con unas pintadas que costarán dinero a la comunidad. Esta estela la perpetuaron a lo largo de la avenida donde ninguna pared o fachada quedó libre..Mi pregunta es: ¿qué demonios pueden saber cuatro niñatos descerebraos de lo que es un facha? Como pongo en boca de pseudo adolescentes entre 12 y 14 años una forma tan despectiva de referirse a una mujer que les abre la puerta con ese tía que se le llenó la boca? ¿Qué narices de ideas u opiniones escuchan en sus casas respecto a lo que es la navidad o el espíritu navideño? Que especie de desvirtuación de fechas o datos tienen o perciben? Tengo 45 años y mi imagen dista de parecer la de una señorona, aunque lógicamente a sus ojos soy mayor, pero me asusta pensar lo que deben sentir señoras de 80 años que abran la puerta a tales descerebrados, soñando quizás con aquellos niños que pedían aguinaldo de antaño.Por favor, eduquemos a las generaciones futuras mejor y, ya no es una cuestión de creencias o ideologías, es una cuestión de respeto y educación..PD: 20 minutos después abrí la puerta a una niña de no más de 8 años que pedía aguinaldo acompañada de una hermana mayor, no más de 14 o 15 años, y que me felicitó la Navidad con una sonrisa en la cara. Ni que decir tiene que se fue tan contenta con sus dos euros y su cajita de bombones. al menos ella me reconcilió con la Navidad