Es increíble comprobar cómo algunas instituciones privadas se permiten el abandono de los socios que durante años han estado haciendo uso de las mismas y pagando puntualmente las cuotas en unos tiempos donde no es nada fácil ni conservar socios ni pagar cuotas. Tras unas normas totalmente incomprensibles, donde un bebé de 7 meses paga lo mismo que un niño de 13 años, es difícil encontrar un lugar donde los bebés paguen. Donde un abonado pierde su derecho al entrar 15 minutos con su bebé a iniciarle en la natación. Donde te intentan vender unas tarifas que nada se amoldan a tus necesidades sino solamente a sus intereses. Y cuando alguien expone alguna queja no tienen ningún problema en decirte que puedes dejar de ser socio tan rápidamente como te vendieron la primera cuota de suscripción. Muchas gracias por pensar en sus socios tan atentamente y dar facilidades a las nuevas generaciones. Un padre y exsocio descontento.