Desde hace más o menos un mes, los vecinos de la parte alta de la avenida Dolores Ibárruri de Plasencia, venimos sufriendo el ataque nocturno, cobarde e indiscriminado de algún desconocido al que le ha dado por rajar los neumáticos de los vehículos que estacionan en dicha zona.

Son varias las denuncias interpuestas ante el Cuerpo Nacional de Policía de la ciudad y, por el momento, el atacante sigue campando a sus anchas. Se ha dado la circunstancia de que ha repetido el hecho sobre algunos vehículos, es decir, tras haber “actuado” sobre alguno en particular y tras poner neumáticos nuevos su propietario, ha vuelto a destrozarlos sin piedad obligando a que el dueño correspondiente tenga que acudir a instalar neumáticos usados o de segunda mano (más económicos)…, por si los vuelven a rajar.

Algunos vecinos afectados no dormimos bien. Ahora en verano con las ventanas abiertas por el calor, cualquier ruido que procede del exterior hace que nos asomemos a terrazas y ventanas a cualquier hora de la noche por si “el experto rajador” vuelve a demostrar su destreza. Otros han decidido estacionar sus vehículos en otros lugares de la ciudad con la intención de salvaguardarlos del “malvado”, lo que, no me negarán, afecta a la comodidad diaria a la hora de tener que servirte de tu vehículo. Pero esto, que es un acto vandálico con reproche en la esfera penal lo mires como lo mires, parece que no es lo suficientemente importante para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de la ciudad.

Esta noche un vecino al que conozco ha estado vigilando de forma personal en la zona entre la una y las seis de la madrugada por si el “rajador” volvía a actuar y me comenta que no ha pasado vehículo policial alguno por el lugar en toda la noche. A lo mejor la policía tenía otras cosas más importantes que hacer, aunque ahora para los vecinos de la zona afectada, lo más importante es que alguien pare esta “sangría neumática”. De todas formas no hay mal que por bien no venga. Los desguaces de la ciudad están haciendo su agosto en julio. Por el momento confiemos en el buen hacer policial y que alguien se dé por aludido para evitar que algún afectado, en su desesperación, decida tomarse la justicia por su mano. Esperemos que no tengamos que seguir informando sobre el particular. Gracias.