Francisco de Orellana y Roal Amundsen Durante todo el año 2011 se ha venido celebrando en Trujillo (Cáceres) el V Centenario del nacimiento de Orellana, descubridor y primer hombre que navegó en 1541 el río Amazonas, el más largo y caudaloso del mundo. Una hazaña extraordinaria.

Mañana, miércoles 14, se celebra el centenario de la llegada de Roal Amundsen al Polo Sur, como el primero en culminar semejante proeza humana. Si bien estos dos personajes pertenecen a tiempos distintos, ambos han pasado a la Historia por protagonizar hechos de extraordinario esfuerzo físico, más allá casi de lo humanamente razonable -rozando lo milagroso-, y de importante relevancia y trascendencia para la Humanidad. Orellana por ser el primero en navegar el Amazonas desde los Andes, abriendo una vía de comunicación entre el Pacífico y el Atlántico, y Amundsen por ser el primer hombre en alcanzar el Polo Sur, laboratorio hoy para medir el avance del cambio climático. Y hasta aquí las coincidencias.

A partir de esos hechos pretéritos, la cruda realidad de nuestros días, donde aquel slogan tan denostado del “Spain is different” cobra cruel actualidad y vigencia, en lo que se refiere a la percepción de un personaje y otro. A bombo y platillo, pero sin convicción ni compromiso algunos, algunas autoridades políticas regionales, provinciales y locales expresaron con palabras grandilocuentes, proyectos varios. Hasta en el Congreso de los Diputados se presentó una moción, aprobada por unanimidad, para apoyar los actos para la efemérides.

A la postre, y una vez más, tenemos que constatar lo fácil que es la retórica y la propaganda y lo escaso del trigo, de acuerdo a nuestro sabio refranero: Una cosa es predicar y otra dar trigo. Me sobran dedos de una mano para contar los actos que la celebración del V Centenario de Orellana ha puesto en escena: un concierto de piano interpretado por el pianista local, un concurso infantil de pintura, unas recetas castellanas, que dudosamente comió Orellana, y que algunos restaurantes trujillanos han incorporado temporalmente a sus menús…y pare usted de contar. Tal es el pírrico y paupérrimo homenaje que el hijo del sol se merece por estos lares nuestros.

Por contra, según me informa la agregada de prensa de la Embajada noruega en Madrid, se van a celebrar múltiples actos en Noruega y en todo el mundo para conmemorar la hazaña de Amundsen. Entre otras, un grupo de exploradores noruegos están culminando en estos días el mismo recorrido que hiciera Amundsen; y el mismo miércoles, el primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, realizará esquiando los últimos kilómetros de aquella histórica marcha. A lo largo del año, en Noruega y en el mundo se han celebrado más de 130 actos para festejar a Amundsen. En Bilbao (España), por ejemplo, se inaugura el miércoles en el Museo Marítimo, una exposición de fotos y pinturas, que estará abierta hasta el 10 de marzo del 2012, dedicada a la ocasión. ¡Casi igual! No estaría de más reflexionar -y en tiempos de crisis de valores con más motivo- en la importancia que damos a nuestras cosas y que, en no menor medida, demuestran el carácter de los pueblos.

¿Tendremos que resignarnos al dicho de que tenemos lo que nos merecemos? No me cabe la menor duda de que si Orellana hubiera nacido en Borge (Noruega), el pueblo de Amundsen y éste en Trujillo, la historia sería muy diferente, justamente la contraria. Mientras nosotros ignoramos nuestra Historia y a nuestros héroes, allende nuestras fronteras valoran lo suyo como se merece. Baste de muestra este botón puntual. Esa es la lastimosa, ignominiosa y consuetudinaria diferencia, que debería sonrojarnos. María-Victoria Jiménez Palacios* Gerente de la Mancomunidad “Comarca de Trujillo” TRUJILLO-Cáceres * En los próximos días estará en las librerías mi libro Francisco de Orellana. Una recreación fantástica, que, ofrecida su edición y distribución al Ayuntamiento de Trujillo y a la Fundación “Obra Pía de los Pizarro”, también de Trujillo, ha sido ninguneado por ambas eximias Instituciones locales.