La peor herencia que se puede dejar a un país, es la que nos ha dejado Rodríguez, sus ministros, todos, y el partido que apoyaba a este gobierno: Un país rayando en lo paurérrimo con más de cinco millones d eparados y el terrorismo en casa.

Otra cosa que hubiesen dejado a su sucesor sería casi irrisoria, pero esto es lo peor que nos puede haber pasado, y nos ha pasado. Además, parece como si lo hubiesen hecho adrede, cosa que creo de verdad ha sido así.

No creo, con sinceridad lo digo, que se vayan sin un ápice de arrepentimiento del padecimiento que han dejado tras de sí, y si se han ido con la sonrisa en los labios, y convencidos de que lo han hecho bien, es para darles las espaldas y no mirarles nunca más a la cara.

No se si sería mucho suponer que, después de dos mandatos socialistas, la gente volverá a votar a estas siglas, para que tomen, de nuevo, el timón del gobierno de España y que nos vuelvan a hundir por tercera vez.

Supongo, aunque no lo creo, que cuando empiece normal la legislatura, se andarán con mucho cuidadito en echar en cara determinadas acciones del nuevo ejecutivo, antes de echarles los perros encima, digo yo.

Ahora ya se han ido, a Dios gracias, y es de esperar no aparezcan en el mismo número de siglos que ellos decían de honradez.