El que no sabe es como el que no ve. Y qué verdad que es ¿Qué sabrá don todopoderoso de las cosas que no se consiguen a base de dinero? Ni se lo imagina. Por el contrario, su antagonista, sí está informado de que, en esas delimitaciones, la competencia desleal y la traición es la moneda de cambio. Aunque en épocas electoralistas, los de arriba intenten mezclarse con los de abajo, da igual. Una vez escrutados los votos y conseguidos los objetivos que amparan la legalidad, "... vuelve el rico a su riqueza, el pobre a su pobreza, el señor cura a sus misas y el avaro a las divisas". He aprovechado el mes de junio, y la canción Fiesta de Serrat, porque me parece oportuno