Cada día más estamos sumergidos en una espiral de recortes. Como consecuencia de ello no se crece y, por tanto, seguirá creciendo el paro, disminuirá notablemente el consumo y la economía, de seguir así, quedará paralizada. Las comunidades autónomas y ayuntamientos de la derecha prefieren meter el tijeretazo y quedarse quietos para reducir los números rojos. No hacer nada, únicamente recortar y recortar con prioridad a lo que sea más fácil, a los más vulnerables.

Por el contrario, están los que tienen la convicción con visión de futuro de que si no se sigue invirtiendo con mentalidad innovadora y de manera prudente y transparente no habrá crecimiento y seguiremos estancados. Ejemplo doméstico: Un matrimonio con dos hijos de 14 y 23 años ingresa 1000 € al mes por el trabajo del marido. La mujer, de profesión peluquera, tiene la condición de parada de larga duración. Con los 1000 euros tienen que pagar la hipoteca de 500 €, la comida, las clases de inglés del hijo de 14 años, los gastos del coche ya que el marido trabaja a 30 km y algún gasto extraordinario incluidos los recibos domésticos. Los gastos superan los 1000 euros. La hija está en paro. El déficit les es insufrible y andan continuamente peleando con el banco para que no les quiten el piso y la situación se agrave más pues no les llega para poder pagar la hipoteca en su totalidad. Contemplan como solución montar una pequeña y modesta peluquería en un local que tiene la madre de ella. Tendrían trabajo la mujer y la hija. Seguro que saldrían adelante. No pueden asumir esa inversión no demasiada costosa. ¿Qué hacen? ¿Continúan la lenta agonía hasta que el banco se quede la casa y la familia quede destrozada? Solución: consiguen una pequeña subvención en su comunidad autónoma mediante las ayudas para el fomento del autoempleo, suficiente por la dimensión del negocio. El ayuntamiento a espera de concederles la licencia oportuna les permite abrir el negocio. Al cabo de tres meses comienzan a tener beneficios ya que trabajan todo el día con verdadera dedicación e ilusión. El padre se hace cargo de las tareas domésticas ayudado por el hijo. Acuden a otro banco para comentar y justificar la nueva situación y se hace cargo de la hipoteca del piso y les amplían los plazos del préstamo. La familia ha sobrevivido y aún más, al cabo de un año, ya piensan en contratar a una trabajadora que les ayude en la peluquería, de momento a tiempo parcial. También se plantean ir adelantando pagos del préstamo hipotecario con los beneficios que genera su negocio, no muchos pero suficientes para vivir dignamente. Piensen ustedes que en otros ámbitos más altos se puede generar seguridad y confianza, depende de valores intrínsecos al crecimiento y de mirar el futuro con optimismo. Hacer algo.