En Casar de Palomero no nos podemos ni morir... El pasado domingo 1 de febrero se vivió en el cementerio municipal una lamentable situación: una familia se disponía a dar sepultura al cuerpo de una difunta, pero al llegar al cementerio vieron que el hoyo en el que iban a enterrarla era ridículamente pequeño (la caja no cabía), de escasa profundidad y, además, estaba lleno de agua.En estas condiciones, y como es lógico, los familiares se negaron a enterrarla, requiriendo incluso la presencia de la Guardia Civil, ya que el individuo encargado por el Ayuntamiento de Casar de Palomero de darle sepultura llegó a decir cosas como "para lo que va a sentir la muerta, que más les da", lo que lógicamente hizo aumentar el malestar e indignación de la familia.La situación era tan esperpéntica que no había ningún otro lugar para enterrar el cadáver. Finalmente pudo solucionarse el problema temporalmente gracias a la amabilidad de una vecina que cedió un nicho de su propiedad.Hay que recordar que una de las primeras medidas del actual equipo de gobierno, encabezado por José Antonio Arrojo Palomo y Julia Mohedano, fue el derribo de todos los nichos de la ampliación del cementerio que se estaba ejecutando, dejando al pueblo sin nichos libres. Además para tratar de impedir la más que lógica ejecución de esa ampliación en un futuro, la parte por la que se haría la conexión con el viejo cementerio ha sido tapada con la construcción de unos panteones privados, de los que desconocemos su situación legal.