El turismo y el pequeño empresario no le importan a los políticos, defiendan al color que sea -al rojo o al azul-, pero siempre al dinero como ellos tanto dicen. Para la investidura de Monago el pasado viernes, desde las 19:00 horas se prohibió el paso a los emeritenses por las calles que daban al Museo Nacional de Arte Romano. Lo que hicieron solo demuestra su prepotencia: cerrar varias calles de gran afluencia un viernes, quitar las terrazas -a muchos bares no se podía acceder por que cortaron la mitad de la calle José Ramón Melida, la que lleva al museo-, ni se podía pasar por la plaza del Teatro Romano. Prohibieron, de esta manera, una gran parte de Mérida a los emeritenses. Al PP se le da muy bien privatizar, lo hacen hasta con las calles, que viene a ser lo mismo que recalificar. Daba indignación y mucha rabia ver a una panda de inconscientes que se hacen llamar políticos -y lo son- andando tranquilamente por un espacio que nos habían cercado o, directamente, robado a los emeritenses durante 5 horas. Los niños no podían ir al parque, la gente no podía entrar en los bares, los turistas, al otro lado de la calle, tampoco pudieron entrar al museo por la mañana, cortaron el tráfico, etc. Otro ejemplo de cómo los políticos utilizan a la policía para su beneficio individual. La gente no podía entrar en sus casas si tenían que meter el coche en el garaje, atascos y líos al otro lado y de su lado, tranquilidad en una calle ancha y vacía por la que, de vez en cuando, pasaba un político. Tras la valla, la plebe, los ciudadanos, los indignados, los que trabajan para ellos. El lunes en la Asamblea pasó lo mismo: no dejaron entrar a la gente en sus casas porque tenían cortadas varias calles cercanas a la Asamblea. La razón de que hicieran el acto ahí y no en la Asamblea o en el Palacio de Congresos -es la primera vez que la investidura se hace en el Museo- es que estaba cerca del Teatro y de su hotel. ¿Quién hablaba de austeridad? Pusieron pantallas grandes de plasma dentro del Museo para que los emeritenses pudieran ver el acto retransmitido y luego no dejaron entrar a nadie. ¿Para qué lo hicieron entonces? Que no nos engañen más, que no nos sigan engañando, que no digan que ha sido gratis. ¿Y las pérdidas del Museo por estar cerrado un viernes? ¿Y las de los comerciantes y los bares? Y los 700 invitados al museo, ¿nos han salido gratis? Pues no. Sus coches de lujo también los hemos pagado nosotros. Y el viaje de Aguirre, Rajoy, Sinde, etc. de Madrid a Extremadura también lo hemos pagado nosotros y su hotel de 5 estrellas en Mérida, y sus entradas VIP al Teatro, etc. Esto sucede cuando Aguirre no para de privatizar la sanidad, de quitarle la sanidad a los madrileños, a personas en régimen de dependencia.Los indignados no vamos en contra del PP, rechazamos a cualquier partido político: estamos en contra del sistema político, del sistema en el que vivimos, que es contrario a la justicia y a la igualdad, porque sin igualdad no hay libertad. ¿Cómo se les puede exigir lo mismo a personas que tienen diferentes recursos a su alcance? ¿Cómo se le puede pedir lo mismo al pobre que al rico? El 15-M es cualquiera que vaya a una asamblea, el 15-M somos todos, o mejor dicho, es quien quiera. Quien quiera ir, dar su opinión y escuchar, es bienvenido. No son perroflautas, ni es un sector al que criticar, porque hay gente de todas las edades y muy diferentes; el 15-M es pluralidad y la pluralidad es una de las características en la democracia ¡real! y participativa que queremos. Si no te encargas de tus derechos, nadie lo hará por ti. Otros tomarán decisiones en tu nombre.