Me refiero a uno de los nueve córvidos existentes en la Península Ibérica, que no es otro que el bonito y alegre rabilargo ibérico (Cyanopica Cyanus). Especie de nuestra avifauna muy ruidosa y de voz querellosa, así como elegante y apuesto. Bastante confiado a pesar de su temperamento inquieto y curioso. Frecuenta normalmente montes, dehesas y encinares; no pasa de 34 centímetros, con cola bastante larga y azul, como sus alas y capirote negro. No pasando de 75 gramos de peso.Es conocido como rabuo o mohíno en el ámbito popular, pero para los amantes de la naturaleza, se puede poner muy bien el ejemplo para su identificación, por ser ese pájaro tan pesado que molesta al gran buitre negro en su nido en los cálidos veranos de nuestros campos en la ya legendaria y súper vista serie de Fauna Ibérica del malogrado Félix Rodríguez de la Fuente.Los mismos vagabundean por el arbolado abierto de encinas, alcornoques y pinos, con muchos desplazamientos al cabo del día. Llama la atención las alarmas ante algún enemigo o predador; son espectaculares y concentran a muchos individuos, sobre todo en sus colonias de reproducción.Muy aficionado a posarse en el suelo sobre todo en busca de su alimentación, la cual por otro lado es tan importante a la hora de valorar a cualquier especie por parte de muchos. Por ello decir que en la conocida pirámide ecológica se sitúa dentro de los predadores, aunque su dieta es muy variada, desde insectos, incluso atrapándolos en el aire en imitación al abejaruco común, hasta pequeños reptiles, pasando por frutos, bayas, hierba, tallos y granos, también tiene su faceta como carroñero y terminando como otras muchas con los basureros.Pero sobre todo destaca una especial y curiosa cuestión en el aspecto de su distribución geográfica en el ámbito mundial. Solo se encuentra en el centro y suroeste peninsular, así como este de Asia, o sea solo en parte de España y Portugal en el ámbito europeo. Se han hecho muchas tesituras del motivo, como las glaciaciones, extinguida a medias, subespecies, e incluso introducida por navegantes portugueses venidos de Oriente en el siglo XV. Lo que era bastante curioso y es el motivo del título, no otro que precisamente en un biotopo característico y casi único de esta especie, como son las grandes dehesas del suroeste de Extremadura, no se notaba su presencia hasta hace muy pocos años. Pero ya están aquí, aunque no tan numerosos como en otros lugares de nuestra Comunidad, ya se nota la presencia de este pequeño córvido en nuestras salidas al campo. Lo cual no deja de ser una buena señal en esta tan degradada naturaleza en mi humilde opinión.