Ante una masa de personas poco experimentadas en las estrategias avezadas, utilizadas por los políticos que ostentan el poder, la capacidad de reacción de su población no se puede considerar demasiado eficiente.

Todo ello tiene que ver con el nivel cultural que se quiera establecer en sus leyes y centros de enseñanza, por las vías pertinentes. Es muy corriente, por parte de los manipuladores de la población (en este caso de avezados políticos) de lanzar a la opinión pública cualquier tipo de estrategia subliminal, con el fin de conseguir ese efecto de pánico, que después se convierte solo en un susto.

Es como aquel pobre impedido que acudió a Lourdes, para pedir a la virgen que le concediera recuperar la movilidad en sus piernas; con la mala suerte, por un descuido, de caer terraplén abajo. En un ataque de pánico, pedía a gritos: ‘Virgencica, por favor, ya solo te pido quedarme como estoy’.

Los políticos lanzan el desastre e inventan una zona intermedia entre este y el milagro, para conseguir una avezada colchoneta, inflada con todo tipo de patrañas y embustes, donde irán a caer sus simpatizantes. La picaresca española no nos deja de sorprender.