Nadie puede dudar que Extremadura es una de las mayores potencias a nivel deportivo en cuanto a la pesca de agua dulce de nuestro país. Me atrevería incluso a decir que es el deporte de los muchos que se practican y existentes en nuestra Comunidad con más éxitos a todos los niveles, tanto nacional como incluso internacional, y en todos los sentidos, como títulos, participantes, organización, etcétera. Desde luego mucho tiene que ver nuestro entorno, con nuestros dos grandes ríos y sus innumerables afluentes, pero sobre todo embalses, vamos que le debemos algo al generalísimo, lo cual no me hace ninguna gracia decirlo. Pero por el contrario no se le da ninguna importancia, yo por lo menos no lo veo, quitando ciertas escasas secciones en nuestros medios de comunicación, todo es fútbol, algo de baloncesto y nada más. Tampoco tenemos límites de edad, contamos con campeones desde muy jóvenes hasta muy adultos. Y para que decir de aficionados y sobre todo federados, que más prueba que hablamos de un deporte, donde se incluye el que suscribe. Estamos por miles, que se lo digan a las arcas de nuestra administración autonómica. También tenemos y existen problemas muy serios y preocupantes, que me dicen de las plagas en nuestros ríos, de no hace mucho tiempo y otras que todavía están ahí, y de las especies invasoras, solo por poner un ejemplo hablemos del abundante y perjudicial cangrejo americano. Pero parece ser que solo se toman algunas clases de medidas para evitarlo cuando el problema lo tenemos encima y sale a la luz, a los pocos días o semanas todo exactamente igual. Y no solo nos debemos limitar a la pesca deportiva, aquí también están implicados sectores muy importantes de nuestra sociedad como es por ejemplo es la agricultura. Por todo ello creo sinceramente y bajo mi humilde punto de vista que falta un verdadero reconocimiento por parte de todos a tal situación. En fin seguiremos echando nuestros buenos ratos a las orillas de nuestros ríos y sobre todo pantanos y pasando unas saludables sobre todo jornadas de pesca y en la naturaleza. Con ello creo que de momento es suficiente, aunque no debería de ser así. (*) El autor es naturalista y técnico en Gestión de la Fauna y Espacios Naturales.