Se está últimamente hablando mucho por ejemplo del cormorán grande, como máximo causante del descenso de especies piscícolas en nuestras charcas y embalses, y sobre todo de la tenca, pero a parte de que demostrado está que otros temas también influyen, en mayor o menor medida, no les estamos dando prácticamente nada de importancia a un pez que según los estudios realizados es un verdadero peligro, me refiero al percasol, vulgarmente llamado en muchos lugares pez sol. Ya lo fue en su tiempo el black bass, que se lo digan a los tradicionales pescadores de la charca de la Albuera, de Jerez de los Caballeros (Badajoz), donde se celebra su afamado y popular concurso de pesca, como excepción nocturnamente, así como que se trata del decano de todos a nivel nacional, con cerca de 300 años. Fue una verdadera catástrofe, todo eran percas americanas, sin duda una situación muchísimo peor que la actual, que a fin de cuenta se está pescando casi con toda normalidad. No cabe duda que muchas veces se le culpa más a una especie por ser vista en los lugares, que las que no se ven como puede ser este caso. El percasol es una especie de la familia de los centrárquidos, y cuyo nombre científico es el de lepomis gibbosus, es originaria de Norteamérica, y llega a los 30 cm, pero España es raro que llegue a los 20 centímetros. Es de costumbres gregarias fuera de la época de reproducción, y sus habitats preferidos son aguas estancadas o de corriente débil de lagos, lagunas, embalses y charcas. Su puesta es de 500 a 5.000 huevecillos, y los machos vigilan la puesta y también a los alevines. Su alimentación que es lo importante para lo se trata en esta ocasión, aún estando considerada como omnívora, esta casi exclusivamente basada sobre todo en capturas de alevines y jóvenes de otros peces, siendo otras presas por ejemplo, larvas de todo tipo, huevos de pez, lombrices, insectos y toda clase animalillos vivos. Por este comportamiento tan voraz y depredador, se ha convertido en un pez que en los cursos de agua donde frecuenta y abunda en la mayoría de ellos, está causando verdaderos estragos, sobre todo en lo relativo a los huevos de otros peces. Por lo tanto no cabe duda que estamos hablando de una especie muy perjudicial, ya que puede ocasionar graves desequilibrios en los biotopos que coloniza, siendo una gran amenaza por causar la extinción de especies autóctonas de gran interés, como puede ser la nuestra apreciada tenca. Por ello hay que decir en un plano general, que estas especies alóctenas, es decir de fuera, amenazan claramente el equilibrio ecológico. Los animales y plantas que vienen del extranjero, muchos de ellos se adaptan bien a nuestro entorno y logran colonizarlo, y lo grave de todo es que en la mayoría de los casos se produce a costa de las especies autóctonas. En el asunto de especies piscícolas hay tenemos algunos casos como que en los años 20 llegó la gambusia, en los 50, el lucio o tiburón de agua dulce, y otros como los nombrados black bass y percasol, o el desconocido por nuestras aguas, por lo descomunal a que puede llegar su tamaño, que no es otro que el siluro. Tampoco podemos olvidar que tal hecho, en la mayoría de los casos ha sido motivado por un fin lúdico. Y solo decir por último, por considerarlo una verdadera temeridad que según los datos que he podido consultar, actualmente hay 62 especies piscícolas en la península ibérica, y solo 41 de ellas son endémicas, por lo tanto tenemos 21 que son foráneas. Todo ello no cabe duda que tiene que influir en mayor o menor grado, según las especies de que tratemos, y de una manera muy evidente en la fauna, así como vegetación de nuestras aguas continentales. (*) El autor es naturalista