Quiero hablarles de una iniciativa cultural que tuvo lugar, hace unos meses, en el municipio gallego de Carral. La asociación ecocultural Lacrar se encargó de organizar un evento consistente en pegar, por las calles, alrededor de 200 poemas, previamente recopilados en su página web. Con esta sencilla propuesta, la poesía se hizo visible, se le permitió salir del enclaustramiento del libro o del ordenador (en este caso), para hacerse propiedad de todo el pueblo.

Es, precisamente, esta participación popular, la que derriba otro mito: los poetas no son seres excéntricos y solitarios, encerrados en su “jaula de cristal”. Hace muy poco tiempo, en Barcelona, han sacado poemas a la calle. En esa ocasión, procedentes de nombres reconocidos de la literatura. Me parece enormemente valiosa cualquier iniciativa cultural, del corte que sea, pero me gustan, especialmente, las centradas en la poesía, debido a que su presencia en la sociedad sigue siendo minoritaria, a pesar de que existen entidades y artistas muy volcados en tratar de equipararla, en popularidad, a otros géneros literarios.