Existen temas de los que poco conocemos y cada vez más se desconocen, tal vez por factores de diversa índole. Me refiero al Ejército. ¿Qué sabemos realmente del ejército? ¿Conocemos cuál es su labor día a día en sus misiones? ¿Cuáles son sus principios y propósitos por los que luchan?

No, no sabemos nada de ello, y mucho me temo que sepamos más por vía de los medios de comunicación. Hay temas que o bien no interesa a una parte del poder que gobierna, o bien no interesa a una gran parte de la población.

Muchos pueden tener la sensación de que el Ejército sigue siendo una figura del franquismo y que realmente no aporta nada al país. Incluso se piensa que se lleva una gran parte del presupuesto del Estado sin necesidad. La idea de unos cuantos es que van a diferentes misiones con el objetivo de utilizar las metralletas y erradicar al adversario.

Pero esto es sólo una visión. Hay una versión mucho más humana de la que nunca se habla. Una persona que pertenece al cuerpo, exactamente al rango de Cabo, tiene su versión personal de los hechos. Cuenta que para ellos lo importante es cuidar a la población civil y ayudar a estabilizar su situación. Cada vez que salen de sus casas saben que probablemente no haya un viaje de regreso.

Pero sus miedos quedan indiferentes si lo comparas con su fuerza de lucha y la felicidad que les genera saber que con su ayuda muchos civiles viven cada día algo mejor que el anterior.

Hay una visión de egoísmo generalizada hacia este sector, pero lo cierto es que mientras que nosotros estamos con nuestras familias ellos se encuentran en la otra punta del planeta trabajando de sol a sol; que mientras nosotros tenemos varias semanas de vacaciones, ellos sólo pueden conformarse con algún día que otro, y sobre todo, que mientras nosotros no arriesgamos nada, ellos lo están arriesgando todo, y lo más importante, sus vidas. Vivimos en un momento en el que la lucha es imprescindible para defender nuestros derechos. Y no me refiero a la lucha armada, me centro en la lucha por escalar en la sociedad e intentar conseguir un mundo mejor dentro de estos grandes desequilibrios. Ese debería ser el lema. Ellos ya lo ponen en práctica cada día, reconozcamos el valor que tienen.