Los que peinamos canas, esto que ocurre hoy nos lleva al recuerdo de otros tiempos que creíamos que no volverían. El dinero, con la aquiescencia del estado, está imponiendo su fuerza sobre el pueblo, sangrándole y humillándole una vez más.

Y lo despreciable del caso es que lo está haciendo con el dinero del propio pueblo. Le roba el dinero en las "preferentes"; le quita la casa sin pagar un solo céntimo; paga miserables intereses y cobra intereses de verdadera usura... La situación que sufrimos la han creado la inutilidad de algunos políticos, la avaricia de la construcción y galopante usura de los bancos.

Así nos va. A eso súmenle las peculiaridades de algunos miembros del partido gobernante.