Una conducción pausada, el mantenimiento de las distancias de seguridad, las marchas más bien largas y una limitación del punto muerto, entre otros muchos factores fáciles de llevar a la práctica, pueden reducir el consumo de un vehículo en un 20%. Esto supone que si se recorren 20.000 kilómetros al año, el gasto puede disminuir más de 260 euros.

Los más escépticos creerán que un porcentaje tan elevado es una exageración o el lema de una campaña institucional, pero en realidad se trata de una cifra mesurable por todos aquellos que participan en los cursillos de conducción eficiente puestos en marcha por el RACC en colaboración con el Institut Catal d´Energia y el Instituto para el Ahorro Energético.